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Un equipo internacional de científicos ha estudiado los cambios en la abundancia de algunas especies en el rango longitudinal de su distribución. El estudio revela que el cambio climático está afectando la distribución de las especies marinas, que aumentan su abundancia en los polos, mientras que disminuye de manera generalizada en el ecuador.
Un nuevo modelo ha logrado predecir el riesgo de extinción de estos insectos por el cambio climático y revela que en muchas zonas, como la península ibérica, ya han sobrepasado el umbral de tolerancia al aumento de temperaturas.
Los elefantes asiáticos, los jaguares y las grandes avutardas indias se encuentran entre las diez nuevas especies agregadas este sábado a lista de animales migratorios protegidos. Además, otras 14 especies recibirán una mayor protección internacional. Más de cien países se han comprometido asimismo a considerar el impacto de sus políticas energéticas y climáticas en la biodiversidad.
Según un estudio liderado por el CSIC, el efecto de las sequías pasadas podría constituirse como un indicador clave para predecir el riesgo de mortalidad en los árboles. El estudio utiliza los anillos de crecimiento de los árboles para comparar la respuesta a sequías de árboles muertos y supervivientes.
Estos eventos extremos pueden tener efectos devastadores para la vida marina, pueden ocurrir en cualquier parte del océano…
Un equipo internacional de científicos, con participación del grupo de Ecología del Cambio Global y Evolución (GloCEE) de la Universidad de Alcalá, ha examinado de qué manera los cambios en las prácticas agrícolas podrían mejorar los pronósticos en los cultivos vitícolas, o al menos evitar algunas de sus consecuencias.
El proyecto pretende que los residuos inorgánicos generados en estos sectores agroalimentarios (tales como envases, embalajes, plásticos, sacos, botellas, etc. tanto de los sistemas productivos como de la industria agroalimentaria) sean gestionados conforme al paradigma actual de la bioeconomía y la economía circular.
Urge a las autoridades y gobiernos a aplicar medidas decididas para disminuir el impacto de la agricultura, al menos, en estos puntos calientes que albergan una fracción importante de la biodiversidad del planeta y, especialmente, en los situados en las zonas tropicales de Asia y África donde la presión demográfica y la demanda futura de suelo agrícola serán previsiblemente mayores.