economía circular
La relación mutualista entre un alga y tres bacterias estudiada por un equipo de la Universidad de Córdoba presenta la producción de hidrógeno más alta obtenida hasta ahora por este tipo de consorcios.
El despilfarro alimentario hace inútiles los esfuerzos de descarbonización emprendidos en la producción de alimentos, pues los vierte directamente a un sumidero.
El sector agroindustrial genera una gran cantidad de desechos y subproductos que tienen un potencial significativo como biomasa lignocelulósica, una fuente de materia prima altamente valiosa y renovable para producir energía con un impacto neutro en carbono a nivel global.
El modelo de economía lineal actual, basado en extraer, fabricar, usar y desechar, contribuye a un consumo excesivo de recursos, un gran volumen de emisiones y a una generación de residuos también inasumible.
La eficiencia energética implica la reducción del consumo de energía sin disminuir el confort ni la calidad de vida, protegiendo el medio ambiente y asegurando el abastecimiento de las generaciones futuras. Esto supone satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las futuras.
La presentación de los resultados del proyecto internacional Reinwaste sobre gestión de residuos inorgánicos del que forma parte la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible tendrá lugar durante la conferencia on line que se celebrará el día 18 de enero a través de la plataforma GoToWebinar.
Existe la necesidad imperante de que el ser humano sea consciente de todos los beneficios que le aporta su entorno y que, así, actúe en consecuencia. Trabajar de forma conjunta nos permitirá evitar degradar y destruir la naturaleza.
El objetivo del proyecto es la transferencia mediante actividades formativas y demostrativas de aquellas prácticas agrícolas en consonancia con la reutilización o reciclado de los residuos generados en los cultivos de invernadero de ambiente Mediterráneo.
La maravillosa burbuja en la que habitamos se encuentra en un momento crítico. Pero, aunque muchos nos alertan, continuamos con nuestra economía basada en el perpetuo crecimiento. Es como aquella locomotora de los hermanos Marx que continuamente pedía “¡más madera!, ¡más madera!”
En el año 2015, el grueso de los residuos plásticos en España provenía en un 40 % de la protección de cultivos (invernaderos) y en un 32 % del riego.
Los desafíos de sostenibilidad a los que nos enfrentamos actualmente comparten con la COVID-19 características clave. Son crisis globales, que no respetan fronteras y que requieren de la acción conjunta de países e individuos para hacerles frente con éxito.
La economía actual, una economía lineal, de usar y tirar, genera una cantidad de residuos asombrosa. Esto implica una pérdida de valor igualmente disparatada. En Europa solo el 12 % de los recursos materiales utilizados provienen del reciclaje y de la recuperación. El 88 % restante se pierde.