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Un consorcio de algas y bacterias aumenta la producción hidrógeno verde y biomasa mientras limpia aguas
La bacteria M. forte ayuda al alga Chlamydomonas a generar hidrógeno. Con la inclusión de las otras dos bacterias en el equipo se consigue que, mientras se genera hidrógeno, tanto las bacterias como el alga crezcan, produciendo así la biomasa que luego se puede revalorizar también como combustible o fuente de energía. «Este consorcio es mejor porque es más duradero, lo puedes cultivar y obtener durante mucho tiempo hidrógeno y biomasa a diferencia de otros consorcios» explica el investigador David González. «También descubrimos que Microbacterium forte y Stenotrophomonas goyi necesitan vitaminas (biotina y tiamina) y fuentes reducidas de azufre para crecer y lo que Chlamydomonas hace seguramente es aportarle esos nutrientes que las bacterias necesitan para crecer». Así las bacterias se benefician de la relación con el alga para crecer y le ofrece el CO2 y el ácido acético que el alga requiere para crecer y producir hidrógeno.
Por tanto, además del avance en la búsqueda de métodos biológicos y sostenibles para producir hidrógeno verde, de este trabajo también resultan los genomas de estas dos bacterias recién descubiertas.
Últimas noticias
El equipo científico, formado por expertos de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); la Universidad de Granada y el Nature Research Centre de Lituania ha analizado el papel de este díptero como vector de patógenos de la malaria aviar. El estudio apunta a la preferencia del mosquito tigre por alimentarse de mamíferos como una de las posibles causas de la baja relevancia en la dispersión de la enfermedad.
El estudio, el más completo realizado hasta el momento, ha revelado la presencia generalizada de fitosanitarios, algunos prohibidos desde el 2009, en ambos Parques Nacionales. Los compuestos detectados conllevan un impacto ambiental y un riesgo para los ecosistemas acuáticos.