cambio climatico
Un estudio internacional que ha contado con la participación de dos investigadores del RJB-CSIC confirma que los Pirineos han permitido la conservación de la espectacular planta llamada corona del rey (Saxifraga longifolia), donde ha sobrevivido desde Cuaternario hasta la actualidad mientras que se ha extinguido en otras zonas de la Península Ibérica.
Cuatro ciudades españolas –Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza– figuran entre las diez urbes europeas donde más influyó el cambio climático en sus temperaturas a lo largo del último año.
Los efectos del cambio climático han sido documentados en multitud de plantas y animales, pero un grupo de especies en concreto, las mariposas, ha sido uno de los mejor estudiados.
Un equipo internacional de investigadores ha publicado en la revista Methods in Ecology and Evolution, un trabajo en el que demuestran cómo estos sonidos ayudan a entender los efectos del cambio climático en el comportamiento de las especies animales
Nos reincorporamos al trabajo sabiendo que hemos vivido unas vacaciones y un verano diferentes. Hemos pasado un calor sofocante y comenzamos a entender que estamos experimentando los impactos directos del cambio climático.
En lagos, ríos y océanos, las fluctuaciones en temperatura o en la disponibilidad de luz repercuten sobre multitud de procesos biológicos como la actividad fotosintética, la respiración, el comportamiento o la motilidad.
El turismo genera beneficios monetarios, pero como cualquier otra actividad económica relevante también induce impactos importantes en los otros dos pilares de la sostenibilidad: el medio ambiente y la sociedad.
La sequía es un fenómeno silencioso, que llega sin avisar y del que, normalmente, nos damos cuenta cuando lleva entre nosotros semanas o meses.
Debido a las actividades humanas, los niveles de CO₂ en la atmósfera son ya un 50 % más altos que en la época preindustrial, a pesar de una reducción momentánea en las emisiones de gases de efecto invernadero durante la pandemia.
Se trata de una de las acciones desarrolladas en el marco del proyecto BIOCOST, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Almería, a través del cual también se ha evaluado el grado de protección de las biocostras en los espacios naturales protegidos donde están presentes y se han identificado las principales barreras para su conservación.
Crear paisajes resilientes significa adaptar nuestro entorno natural y rural a las amenazas derivadas del cambio climático, como los incendios de gran magnitud, tanto para nuestra seguridad como para asegurar la biodiversidad.
En los Pirineos, los pinos ya están viviendo en una nueva realidad creada por el ser humano. En las partes altas, estos árboles se están extendiendo. En las zonas de mediana altitud, están creciendo más. En las zonas más bajas, su mortalidad ha aumentado.