biodiversidad
El comienzo de la primavera, seco y caluroso, ha provocado un aumento significativo de los niveles de polen, uno de los alérgenos más comunes en Europa. En cualquier caso, los granos de polen cumplen una función ecológica esencial para la supervivencia de la humanidad.
Un estudio publicado recientemente en la prestigiosa revista Nature ha detectado signos claros de que el secuestro de carbono está en riesgo de desestabilizarse en grandes regiones del planeta.
Una investigación realizada por la Universidad de Almería muestra que las soluciones basadas en la naturaleza representan una nueva estrategia para adaptarse a los impactos del cambio climático y el rápido declive de la biodiversidad en zonas urbanas.
Las babosas y los caracoles son moluscos gasterópodos terrestres ampliamente distribuidos por el planeta. Con un elevado número de especies (más de 35 000), representan uno de los grupos de mayor éxito y diversidad en los ecosistemas terrestres.
La Fundación Descubre, junto con investigadores y divulgadores científicos de la Universidad de Granada (UGR), la Universidad de Almería y el Real Jardín Botánico de Madrid han realizado un proyecto de Ciencia Ciudadana en el que 1500 estudiantes de Primaria de 33 colegios repartidos por 21 provincias de España han inventariado la biodiversidad de sus centros educativos. Este proyecto sobre la Biodiversidad Urbana en los Centros Educativos de España (BUCES), financiado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), ha conseguido que los estudiantes de Primaria de numerosas provincias españolas tomen las riendas de su propio aprendizaje y se transformen en científicos a lo largo del pasado curso académico.
El acuerdo alcanzado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (COP15), celebrada en diciembre en Montreal, es un catálogo hermoso de propósitos de año nuevo. De esos que no se cumplen más allá del mero deseo de cambiar lo que creemos tuerce nuestras vidas.
Los suelos son un gran reservorio de biodiversidad: albergan entre un cuarto y un tercio de todos los organismos vivos del planeta. No obstante, sabemos aún poco sobre ellos.
Cada 5 de diciembre se conmemora el Día Mundial del Suelo. Una efeméride que recuerda la importancia de proteger y conservar la tierra que pisamos, el punto de origen de la mayoría de alimentos que comemos y un espacio esencial para mantener la biodiversidad animal y vegetal. Esta capa viva lucha cada día contra dos amenazas constantes: la acción humana provocada por una agricultura intensiva y el sobrepastoreo unida a los efectos del cambio climático, como la sequía y la deforestación, entre otros.
Un equipo científico liderado por el Basque Centre for Climate Change-BC3 y con participación de la Estación Biológica de Doñana – CSIC ha determinado en un nuevo estudio que los paisajes agrícolas con más diversidad de cultivos y tamaños de campo más pequeños, especialmente los que dependen de polinizadores, tienen una mayor producción que aquellos con menor diversidad y de un tamaño mayor.
Una investigación liderada por el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (MNCN-CSIC) ha demostrado que las dehesas más diversas, donde hay presencia de competidores y depredadores de los ratones, funcionan mejor que las más simples porque fuerzan a los roedores a desarrollar una dispersión de semillas más eficaz, actuando en beneficio de la encina, el organismo que define la dehesa.
Un trabajo internacional en el que participan el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) y el Instituto de Ciencias Forestales (ICIFOR), ambos del CSIC, ha comprobado cómo incrementar el número de especies arbóreas en los bosques mejora tanto su producción como su estabilidad.
Se están identificando algunas de las especies en peligro de extinción en el arte rupestre de América Latina. Hasta el momento hemos detectado cetáceos, mamíferos y aves incluidos en la lista roja.