Biodiversidad agrícola
El proyecto se centra en el estudio de la biodiversidad fúngica y bacteriana de los suelos mediante la secuenciación de su ADN con el test BeCrop® patentado por Biome Markers, y de su influencia en el secuestro de carbono en el suelo.
Se han plantado más de 32.000 plantas de 61 especies diferentes, se ha diversificado la cubierta vegetal con siembras de semillas e instalado más de 130 cajas nido, 18 posaderos de rapaces, 37 refugios de murciélagos, 95 nidales para insectos y creado 10 charcas y 27 bebederos para fauna en los 20 olivares demostrativos en los que se desarrolla el proyecto. A finales de 2019, ha comenzado a lanzarse la marca con la que se diferenciarán los AOVE producidos en las fincas participantes en el proyecto.
Tras una extensa evaluación de las medidas formuladas desde la Unión Europea a través de la Política Agraria Común (PAC) para fomentar a la conservación de la biodiversidad, investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) concluyen que dichas medidas deberían adaptarse regionalmente, es decir, teniendo en cuenta el acervo regional de especies y los requisitos específicos de las especies a las que se pretende proteger, y considerando explícitamente las características del paisaje.
Un estudio llevado a cabo por investigadores británicos muestra cómo podemos mejorar el rendimiento de las cosechas agrícolas mediante la creación de hábitats para la fauna en las parcelas de cultivo, de manera que puedan mantener poblaciones de animales beneficiosos.