El proyecto Best4Soil genera una novedosa herramienta informática para el diseño de rotaciones de cultivo que ayuden a controlar patógenos edáficos
El monocultivo reiterado sobre el mismo suelo de cultivo puede provocar la aparición de enfermedades y nematodos fitopatógenos edáficos, que dan lugar a mermas de producción en multitud de cultivos, y cuyo control requiere de un manejo holístico del agrosistema. Dado que los patógenos del suelo precisan de una planta hospedadora para poder sobrevivir y multiplicarse, una adecuada rotación de cultivos, es decir, en un orden planificado de cultivos sobre el mismo terreno, puede evitar su presencia y/o proliferación, a la vez que se mejora o mantiene la fertilidad y la estructura del suelo. En este sentido, la clave de una correcta rotación de cultivos está en usar especies vegetales que no sean buenas hospedadoras del patógeno que podría afectar a nuestro cultivo consecutivo. De esta manera, los niveles de inóculo en el suelo serán bajos y se evitarán daños en el cultivo siguiente.
Al respecto, el diseño de rotaciones de cultivos optimizadas supone un gran reto por la multitud de casuísticas posibles, que obligan a ser diseñadas de forma específica en función de las necesidades y la situación de cada agricultor, y para lo que se requiere de amplios conocimientos sobre la biología y ecología de los múltiples patógenos del suelo.
Para facilitar el diseño de las rotaciones, el proyecto Best4Soil ha generado una herramienta informática, científicamente revisada y de acceso libre en la página www.best4soil.eu. Se trata de dos bases de datos: 1) enfermedades edáficas (hongos principalmente) y 2) nematodos fitopatógenos, que están basadas en un trabajo previo con nematodos de la Universidad de Wageningen (Países Bajos). Esta novedosa herramienta genera un informe sobre la interacción de los patógenos con las plantas cultivadas, que incluye información de los posibles daños y pérdidas en el cultivo, así como de la multiplicación de los patógenos, en función de la especie vegetal considerada. Así mismo, este informe también proporciona información de la existencia o no de variedades vegetales resistentes frente al patógeno en cuestión. Toda la información proviene de una revisión de una vasta cantidad de artículos científicos y bases de datos, realizada exprofeso por miembros del proyecto.
De este modo, las bases de datos de Best4Soil sirven como instrumento de apoyo en la toma de decisiones, ayudando a agricultores y asesores a planificar las rotaciones de cultivos, así como al uso de los abonos verdes y/o las cubiertas vegetales más adecuadas y beneficiosas para la salud del suelo, en función de las distintas casuísticas. La herramienta contempla 70 cultivos, 32 especies de nematodos y 138 especies de patógenos que transmiten enfermedades por el suelo. Cada combinación de nematodo y cultivo presenta una ficha o página de fondo (WIKI) con información adicional, imágenes y recomendaciones. Además, cada patógeno dispondrá de su propia WIKI.
Estas bases de datos de Best4Soil, al igual que el resto de recursos generados por el equipo del proyecto Best4Soil, están disponibles en 22 idiomas de la UE.
El proyecto Best4Soil, financiado por la UE a través del programa Horizonte 2020, tiene como fin último la mejora de la salud de los suelos cultivados en Europa, para lo que se ha creado la primera red internacional de profesionales en salud del suelo. En el proyecto participan expertos en salud de suelos agrícolas pertenecientes a diversos organismos de 20 países pertenecientes a la Unión Europea, entre los que investigadores del Centro IFAPA La Mojonera representan a España, además de liderar la zona Mediterránea, que incluye a expertos de Italia, Chipre, y Francia.
En este sentido, la misión de la red Best4Soil se focaliza en promover el conocimiento existente y listo para su aplicación, acerca de las que se han considerado las mejores prácticas de manejo de la salud de los suelos agrícolas, entre las que, además de las rotaciones de cultivos, se incluyen los abonos verdes, las cubiertas vegetales, el compostaje/vermicompostaje y el empleo de enmiendas orgánicas como prácticas preventivas frente a patógenos edáficos, y la biofumigación, la solarización, la biosolarización, y la desinfección anaeróbica de suelos como prácticas proactivas o de control, una vez se hayan presentado dichos patógenos.
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