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Un equipo coliderado por investigadores del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (ICP-CSIC) ha añadido una nueva función a una proteína gracias a métodos computacionales. Cada año se producen cerca de 400 millones de toneladas de plásticos en el mundo, una cifra que aumenta alrededor de un 4 % anualmente.
Este trabajo surge ante la necesidad de dar respuesta a dos de los retos a los que se enfrenta actualmente la humanidad: la escasez de alimentos a nivel mundial y la contaminación atmosférica de las ciudades (la OMS estima que el 99 % de la población está expuesta a niveles de contaminación superiores a los recomendables).
Un equipo científico internacional en el que participa la Estación Biológica de Doñana demuestra que mantener pastizales adyacentes a cultivos incrementa la abundancia y diversidad de polinizadores silvestres, actualmente en declive.
Los bosques recogen gran parte de la biodiversidad terrestre. Decenas de miles de especies de plantas, animales, hongos y organismos microscópicos interactúan, a menudo escondidos, entre los árboles. Todas estas especies forman parte viva del ecosistema forestal. De ahí puede surgir una pregunta: ¿podemos conocer la capacidad que tienen nuestros bosques para acoger diversas plantas, animales y hongos? Ahora sí.
Los mecanismos con los que estos cefalópodos son capaces de mimetizarse con los colores del fondo marino, mediante el control de millones de células pigmentadas de la piel, son más complejos de lo que se pensaba. Esta destreza de cambio del patrón de la piel es progresiva y diferente con un mismo sustrato.
Hace siglo y medio, en los bosques del norte de Europa, se encontró una resina fósil con una flor encerrada en su interior: Stewartia kowalewskii, de 2,8 cm de diámetro y con unos 35 millones de años de antigüedad. Ahora, dos investigadoras han analizado su polen y consideran que se trata de otra especie: Symplocos kowalewskii.
Un estudio con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha concluido que deslizamientos submarinos desencadenados por el calentamiento global en el área de las Islas Svalbard (Noruega) podrían generar tsunamis.
El diente de león emplea un fascinante mecanismo para que sus frutos, con las semillas y nuestros deseos abordo, viajen varios metros o incluso kilómetros y así garantizar su porvenir.