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Un estudio realizado por expertos de la Estación Experimental de Zonas Áridas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas revela que el color amarillo se relaciona con la edad y la calidad de los individuos en dos especies. Los investigadores han estudiado la variación en la coloración amarilla del iris en el mochuelo europeo ('Athene noctua') y el autillo europeo ('Otus scops') para comprobar si este rasgo podría ser un indicador la calidad de los individuos en un contexto de comunicación paterno-filial y en otro contexto social.
Expertos de la Universidad de Almería y la Complutense de Madrid han creado un modelo de adecuación al hábitat para cada grupo de animales que relaciona la riqueza de especies con los distintos componentes del ecosistema: clima, uso y cobertura del suelo, topografía, etc. La medición emplea diversas variables cuantificables, como temperatura, porcentaje de bosque del género 'Quercus' o pendiente del terreno, entre otras.
Recientes propuestas de descatalogación de zonas protegidas, así como actividades ilegales ponen en peligro los escasos remanentes de este tipo de hábitat en el poniente almeriense.
Estudios científicos demuestran que las escasas poblaciones de azufaifo en la zona tienen peculiaridades genéticas que se perderían irremisiblemente.
Los datos se han proporcionado desde 212 diversas áreas de todo el mundo que acumulan entre todas mas de 1500 años de mediciones a través de la técnica eddy covariance. En concreto, al estudio se han aportado los datos de dos de las estaciones de este tipo que gestiona el investigador Francisco Domingo, coautor del estudio, en el sureste español, la de Amoladeras en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, y la del Llano de los Juanes en la Sierra de Gádor.
La Universidad de Córdoba colabora con un proyecto de la Universidad de Almería para probar APIStrip, una nueva herramienta para el muestreo de contaminantes ambientales a través de colonias de abejas. Se basa en el uso de una tira de poliestireno sobre la que se aplica una solución concentrada de Tenax, un producto que sirve para recoger las muestras que portan las abejas y, posteriormente, pesticidas y contaminantes adsorbidos en su superficie se extraen y analizan. Hasta ahora, con este método, se pueden detectar hasta 442 tipos de plaguicidas.
Estudios científicos realizados por científicos de la Estación Experimental de Zonas Áridas-CSIC, la Universidad de Jaén y del Centro Andaluz para la Evaluación y Seguimiento del Cambio Global (CAESCG) de la Universidad de Almería demuestran que las escasas poblaciones de azufaifo en la zona tienen peculiaridades genéticas que se perderían irremisiblemente. Recientes propuestas de descatalogación de zonas protegidas, así como actividades ilegales ponen en peligro los escasos remanentes de este tipo de hábitat en el poniente almeriense.
Un estudio liderado por la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y llevado a cabo durante tres años en Túnez, muestra el notable incremento de la población reintroducida en el año 2016, y sugiere la existencia de una variabilidad genética mayor que la generalmente calculada para poblaciones cautivas.
Científicos internacionales, liderados por la investigadora de la Estación Experimental de Zonas Áridas (CSIC) Lucía DeSoto, reúnen sus datos de crecimiento de la madera de más de 3.500 árboles para relacionar la mortalidad con la baja capacidad de aguantar los periodos secos. Conocer la respuesta de los árboles ante escenarios de escasez hídrica permitirá establecer estrategias de manejo de los bosques ante el cambio climático.