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Investigadores del CSIC liberaron 12 ejemplares jóvenes de tortugas boba en una playa de Almería el pasado 16 de junio. El proyecto busca aumentar la presencia en mar abierto de esta especie en peligro de extinción y estudiar sus hábitos.
Cuatro ejemplares llevan instalados localizadores, lo que permitirá conocer más detalles sobre sus hábitos. La suelta se ha realizado en Playa de las Palmeras (Almería), lugar donde nacieron los ejemplares hace 10 meses. El proyecto pretende aumentar el número de ejemplares en mar abierto de esta tortuga en peligro de extinción.
Un equipo de investigadores del que forman parte Jerónimo Torres y José Manuel Seoane, de la Universidad de Córdoba, está desarrollando un proyecto de investigación de la biodiversidad de uno de los ecosistemas más amenazados del planeta: los bosques de niebla tropicales. El estudio se lleva a cabo en Ecuador y hasta la fecha ha logrado avanzar en el conocimiento y divulgación de los valores intrínsecos de estos bosques y destacados avances científicos: los biólogos están en proceso de determinación de una posible nueva especie de rana, han constatado la presencia de una tortuga que se desconocía tan al sur del país y han registrado más de 170 especies de aves. El estudio comenzó en 2014 y se prolongará hasta 2016.
El Consejo de Gobierno ha declarado Zonas Especiales de Conservación (ZEC) nueve áreas marítimo-terrestres del litoral andaluz, con una superficie total de 37.352 hectáreas. Se trata de la isla de Alborán y el islote de San Andrés (Almería); los fondos marinos de la Bahía de Cádiz, de las Marismas de Palmones y del Estuario del Río Guadiaro (Cádiz); los acantilados y fondos marinos de Tesorillo-Salobreña, Calahonda-Castell de Ferro y la Punta de La Mona (Granada), y Calahonda en la provincia de Málaga.
Se trata del primer estudio sobre este tipo de organismos microscópicos que constata cómo modifican su comportamiento y migraciones con la luz artificial, lo que repercute de forma más global en el ecosistema, ya que sirven de alimento a especies superiores.
Las capturas accidentales de estos animales ponen en peligro el equilibrio de la biodiversidad en los mares.
Siempre se había pensado que la tortuga boba llegó al Mediterráneo desde América del Norte y el Caribe después de la última glaciación. Todo apunta, sin embargo, a que esta especie marina colonizó el Mediterráneo hace entre 20.000 y 200.000 años y, por tanto, antes del último máximo glacial, según revelan nuevos trabajos científicos en los que participan la Universidad de Barcelona.
Investigadores del Laboratorio de Biología Marina (LBM) de la Universidad de Sevilla, en colaboración con el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA) del Toruño (Cádiz) obtienen un producto natural elaborado con caprélidos, especies marinas diminutas, que se utilizan por primera vez como complemento alimenticio en acuicultura.