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Una investigación realizada por la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) subraya que los murciélagos orejudos endémicos, al igual que algunas especies alpinas únicas como las ranas endémicas o el lobo etíope endémico han visto reducido su hábitat en más del 50 % y, de seguir actuando los factores humanos causantes, se extinguirán, al igual que muchas otras, con la desaparición de estos hábitats alpinos.
Investigadores de la Universidad de Granada, la Estación Biológica de Doñana (EBD) del CSIC y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) han mostrado que estas especies de mosquitos se alimentan de diferentes grupos de vertebrados, especialmente de mamíferos, y las personas son hospedadores comunes de estos ellos. No en vano, la sangre humana llega a representar el 93% de las alimentaciones de la especie 'Aedes aegypti', el mosquito responsable de la fiebre amarilla.
Un equipo de investigación de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) concluye que el sistema de protección europeo no ha jugado un papel significativo en la expansión de especies como el lobo, el lince euroasiático o el oso pardo. Además, los resultados del estudio indican que entre 1992 y 2015, la probabilidad de presencia de estas tres especies aumentó en Europa del Este, los Balcanes, el noroeste de la Península Ibérica y el norte de Escandinavia, pero mostró tendencias mixtas en Europa occidental y meridional.
Un equipo internacional de investigadores alerta sobre la necesidad de que la biodiversidad del suelo y los servicios ecosistémicos que dependen de la misma sean incorporados en las estrategias y políticas internacionales de conservación y manejo de suelos. El investigador de la Universidad Pablo de Olavide Manuel Delgado-Baquerizo participa en este estudio.
Este estudio de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) advierte del enorme potencial de la red de líneas de transporte eléctrico para su adecuación como corredores ecológicos para la pequeña fauna, ya que modificando la base de las torres de alta tensión se puede aumentar la biodiversidad local y conectar poblaciones fragmentadas. Además, pretende paliar los efectos del cambio climático antropogénico, que ya está afectando los sistemas ecológicos y la distribución de la biodiversidad y ha influido en el 80% de todos los procesos biológicos.
Un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla concluye que el efecto de las construcciones en este entorno se extiende sólo sobre su área circundante, pero permanece durante varias décadas. Las plantas introducidas por la acción humana no invaden el parque natural, a menos que haya alteraciones en los ecosistemas.
El estudio, liderado por un equipo de investigación de la Universidad Pablo de Olavide, es una de las primeras investigaciones científicas que analiza los cambios sistemáticos que ocurren antes de que se produzca la introducción real a un sitio nuevo.
El uso de tecnología GPS, altímetros y acelerómetros colocados sobre las aves en plena migración permitió documentar cómo adaptan sus estrategias de vuelo al desplazarse sobre un medio hostil, reforzando la idea de que el Mediterráneo actúa como una “barrera ecológica”. Este marcaje permitió medir y comparar las estrategias de vuelo antes, durante y después de cruzar el estrecho de Gibraltar, caracterizando así el desplazamiento migratorio de los tramos que conectan las zonas de cría Europeas con los cuarteles de invernada Africanos.