Fotografía ilustrativa del artículo
| 25 Mar 2021

Las diferentes coloraciones de las cigüeñas permiten reconocer a individuos de su misma especie

Expertos de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) analizan el grado en que la coloración de las diferentes zonas está conservada o diversificada a lo largo del árbol evolutivo de las especies de esta ave en el mundo. Para ello, han empleado un método novedoso nunca antes aplicado a estudios de coloración animal, con el que detectaron que la mayor parte de la diversificación de color se concentra en solo el 12% de la superficie corporal, y ésta coincide con las zonas denominadas frontales (cabeza, cuello, pico y ojos). 

La familia de las cigüeñas (Ciconiidae) se compone de 19 especies, de hábitos alimenticios generalmente acuáticos o semi acuáticos, distribuidas por el Viejo y Nuevo Mundo. Todas ellas son morfológicamente similares y además presentan una coloración predominante del espectro acromático (blanco y negro) en la mayor parte del cuerpo. Sin embargo, las zonas frontales (cabeza, cuello, pico, ojos) han sufrido una gran diversificación en cuanto a coloración se refiere. Este hecho podría explicarse en la hipótesis del reconocimiento entre especies, ya que varias especies de esta familia coinciden en el hábitat y zona de cría entre ellas y con otras aves zancudas como garzas, ibis o espátulas.

Ejemplar de cigüeña.

Juan José Negro, científico de la Estación Biológica Doñana (CSIC) y Eduardo Rodríguez-Rodríguez, colaborador de la Universidad de Sevilla han llevado a cabo un estudio publicado en la revista Birds, donde estos autores analizan el grado en que la coloración de las diferentes zonas esta conservada o diversificada a lo largo del árbol evolutivo (la filogenia) de las especies de cigüeñas del mundo.

Utilizando un método novedoso nunca antes aplicado a estudios de coloración animal, los autores detectaron que la mayor parte de la diversificación de color se concentra en solo el 12% de la superficie corporal, y esta coincide con las zonas denominadas frontales (cabeza, cuello, pico y ojos). En estas zonas frontales conviven pigmentos melánicos, carotenoides y la hemoglobina de la sangre visible en zonas desprovistas de plumas.

Los autores argumentaron que la coloración del resto del cuerpo, al no tener las cigüeñas grandes depredadores, no ha sufrido presiones selectivas hacia patrones de camuflaje, manteniéndose de forma conservada en todas las especies los caracteres ancestrales, es decir, plumajes oscuros debidos a pigmentos melánicos, o plumas sin pigmentación de color blanco.

Concentrando los colores brillantes y llamativos en zonas frontales visibles a corta distancia, las cigüeñas probablemente son capaces de distinguir a los individuos de su propia especie para, o bien emparejarse con ellos evitando hibridaciones indeseables, o bien decidir si se agregan a bandos mixtos formados por varias especies con las que pueden compartir hábitat de alimentación.

Referencia bibliográfica:

Eduardo Rodríguez-Rodríguez, Juan J. Negro. Integumentary Colour Allocation in the Stork Family (Ciconiidae) Reveals Short-Range Visual Cues for Species Recognition. Birds 2021, 2(1), 138-146; https://doi.org/10.3390/birds2010010

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