Los resultados de este estudio realizado por el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (IRNAS-CSIC), ponen en evidencia, por primera vez, la importancia de los patógenos del suelo para la regeneración forestal en bosques invadidos por el agresivo patógeno exótico Phytophthora cinnamomi. El número de patógenos exóticos se ha incrementado exponencialmente en las últimas décadas a nivel mundial, en gran parte debido a su introducción en plantas usadas en repoblaciones forestales.
Un equipo del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (IRNAS), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha demostrado en un estudio de campo en el Parque Natural de Los Alcornocales, en Cádiz, que los patógenos exóticos que han invadido los suelos de espacios naturales, particularmente el oomiceto Phytophthora cinnamomi, son un relevante factor limitante de la regeneración del bosque mediterráneo. La investigación ha aparecido en la prestigiosa revista New Phytologist.
Explican Jara Dominguez-Begines y Lorena Gómez-Aparicio, investigadoras del IRNAS y coautoras del estudio, que muchos bosques a nivel mundial en la actualidad sufren problemas de regeneración, ya que las tasas de establecimiento de nuevos individuos no compensan las tasas crecientes de mortalidad de adultos. Tal es el caso de los bosques y dehesas de encina y alcornoque que cubren la Península Ibérica, donde la mortalidad de adultos causada por P. cinnamomi es un severo problema que amenaza su conservación a largo plazo. Este oomiceto patógeno de origen asiático destruye las raíces finas del árbol, impidiendo la absorción de agua y nutrientes, y causando su muerte. Los oomicetos son microorganismos con forma de crecimiento similar a los hongos, pero que constituyen un grupo aparte. Enfatizan que se trata de la primera vez que un estudio demuestra que los oomicetos del suelo no solo están involucrados en la mortalidad de árboles adultos, sino que reducen considerablemente la probabilidad de establecimiento natural de nuevas plántulas.
Para llegar a esta conclusión, el equipo llevó a cabo un experimento en tres bosques invadidos por P. cinnamomi del Parque Natural de Los Alcornocales, Cádiz. Durante dos años se aplicó al suelo un fungicida específico para los oomicetos con el objetivo de evaluar su efecto sobre la emergencia, supervivencia y crecimiento de plántulas de siete especies típicas del bosque mediterráneo como el alcornoque (Quercus suber), el acebuche (Olea europaea), el madroño (Arbutus unedo), el agracejo (Phillyrea latifolia), el durillo (Viburnum tinus), las jaras (Cistus salviifolius) o los brezos (Erica arborea). La aplicación de fungicida en campo incrementó considerablemente, hasta un 40%, el éxito de establecimiento de todas las especies, con la única excepción del labiérnago.
Apuntan Gómez-Aparicio y Dominguez-Begines que en un principio esperaban encontrar efecto del fungicida principalmente en el alcornoque, la única de las especies estudiadas descritas hasta la fecha como altamente susceptible a P. cinnamomi. “Una posible explicación es que la susceptibilidad de las especies mediterráneas a este importante patógeno haya sido infraestimada hasta la fecha, pues nunca antes se había comprobado su efecto sobre todo un conjunto de especies arbóreas y de matorral coexistentes en bosques y dehesas. Otra posible explicación no excluyente es que otros oomicetos patógenos diferentes a P. cinnamomi, y hasta ahora no identificados, estén también limitando la regeneración de las especies leñosas de nuestros bosques. De hecho, el número de oomicetos exóticos se ha incrementado exponencialmente en las últimas décadas no sólo en los bosques españoles, sino a nivel mundial, en gran parte debido a su introducción en plantas usadas en repoblaciones forestales”, puntualizaron.
Concluye el equipo que los resultados de este trabajo ponen en evidencia por primera vez la importancia de los patógenos del suelo para la regeneración forestal en un tipo de bosques, los mediterráneos, donde su papel había pasado desapercibido hasta la fecha. Durante mucho tiempo, los patógenos se han considerado una limitación para la regeneración principalmente en los bosques tropicales, donde la elevada y constante humedad favorece el desarrollo de enfermedades vegetales. Sin embargo, en un mundo globalizado donde el número de patógenos exóticos no para de aumentar, es muy probable que este grupo de microorganismos juegue un papel cada vez más importante en la dinámica forestal. Es por ello que el estudio de sus patrones de distribución, dispersión y posibilidades de control ha de considerarse una línea de investigación fundamental para la conservación de los bosques, especialmente los encinares y alcornocales.
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