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| 29 Feb 2012

Montserrat Vilá: “Las especies invasoras pueden reducir la riqueza de la biodiversidad en Andalucía”

Montserrat Vilá (Figueres, 1965) es profesora de investigación en la Estación Biológica de Doñana (EBD), centro regional adscrito…

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Fuente: José T. del Pozo / Programa de Formación de Monitores en Materia de Divulgación del Conocimiento

Montserrat Vilá (Figueres, 1965) es profesora de investigación en la Estación Biológica de Doñana (EBD), centro regional adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Apasionada de la naturaleza, el campo y las plantas, realizó su tesis doctoral en Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1993. Hoy día, es responsable del estudio de las invasiones por especies exóticas en Andalucía.

Pregunta (P.-) ¿Qué es la Biodiversidad y cómo se aborda desde la Estación Biológica de Doñana (EBD)?

Respuesta (R.-) Podemos definir Biodiversidad como los seres vivos que habitan en nuestro entorno. Desde el centro investigamos, por ejemplo, como interaccionan las plantas con los animales, véase la polinización de las flores por insectos que trasladan polen de la antera (órgano masculino) de la flor al estigma (órgano femenino). También estudiamos la ecología de especies endémicas o el comportamiento animal.

P.- ¿Cómo ha evolucionado la investigación en este ámbito científico

R.- A nivel global, hemos pasado del análisis de especies concretas y que antes nos preocupaban porque se consideraban raras o estaban en peligro de extinción, a interesarnos más por su conjunto y sus interacciones. Es decir, no se trata sólo de observar el comportamiento durante su vida, sino de estudiar cómo se relaciona con el resto de organismos de la comunidad. En concreto, en el pasado las relaciones entre plantas y polinizadores se estudiaban más entre parejas: planta y polinizador; hoy en día, en cambio se estudian más a nivel de las redes de especies que se constituyen.

P.- La gran biodiversidad existente es el resultado de la evolución de la vida a través de millones de años, cada organismo tiene su forma particular de cohabitar, la cual está en perfecta relación con el medio. ¿Cuál es el valor diferencial de la biodiversidad andaluza respecto a Europa?

R.- Andalucía y España en general poseen una rica biodiversidad que no se encuentra en ningún otro país de Europa. Nuestra región se caracteriza porque tenemos unos paisajes muy variados, además de diferentes gradientes geográficos como pueden ser la costa, la montaña o las zonas desérticas. Estos gradientes tan marcados nos permiten, por ejemplo, latitudes como las presentes en Sierra Nevada, donde pasamos de ecosistemas de alta montaña de más de dos mil metros de altura a costas bajas. El resultado es una sucesión de nichos distintos que pueden ser ocupados por diferentes especies, lo que contribuye a la elevada riqueza de especies en pocos kilómetros escritos.

P.- La Estación Biológica de Doñana es un instituto público donde se desarrollan numerosas investigaciones multidisciplinares dirigidas a la comprensión de la biodiversidad. En este contexto, ¿qué línea de estudio sigue dentro del centro?

R.- Nuestro trabajo se centra en el estudio de las invasiones biológicas de diferentes especies exóticas transportadas por el hombre que se escapan en espacios naturales y que puedan tener visibles consecuencias para la biodiversidad andaluza. Investigamos también los impactos ecológicos y económicos de estas invasiones. Éstas pueden competir con especies nativas o incluso extinguirlas. Por ejemplo, hemos comprobado que algunos ejemplares exóticos que se introducen como plantas ornamentales de jardinería (aquellas que se cultivan y comercializan con propósitos decorativos), producen semillas que se dispersan y pueden invadir los espacios naturales, de manera que la diversidad de especies nativas disminuye. En Andalucía, llama la atención el caso del plumón de la pampa. Se trata de una planta dominante y colonizadora que si se expande en un espacio natural donde habiten muchas especies de porte menor, al ser tan grande, puede desplazar a las especies nativas. Otro caso interesante es el del galápago de Florida, muy comunes en los hogares que cuando crecen son abandonados por sus dueños en charcas naturales y donde compiten con los galápagos nativos y autóctonos.

P.- Se trata de una línea de investigación que, por su importancia, trata un problema latente en nuestra sociedad occidental. ¿Cómo miden los expertos ese impacto social?

R.- Partimos de la idea de que las especies nativas se ven desfavorecidas y nuestro trabajo consiste en alertar de que esos impactos existen para que, a partir de ahí, actúe Medio Ambiente. Lo hacemos a través del seguimiento monitorizado de las distintas especies. Cuando detectamos alguna invasión, lo comunicamos para que intenten eliminarla antes de que se haya expandido más. En este sentido, lo más habitual es comparar una zona invadida con otra no invadida y, a partir de aquí, comprobar si hay una disminución de la riqueza de especies. Además, existen otros impactos que se pueden medir como el que se produce en el ciclo de nutrientes. Por ejemplo, en relación a la disponibilidad de nitrógeno en el suelo, observamos las zonas y comparamos la diferencia de nitrógeno en una y en otra. Este tipo de impacto le puede afectar, entre otros, a cualquier tipo de organismo o proceso en el ecosistema. Es decir, cuando una especie exótica llega y se establece, normalmente no tiene ningún problema en integrarse en la comunidad y relacionarse, pero puede desfavorecer a las especies nativas.

P.-¿Influye la actividad humana en el ‘asentamiento’ de estas especies invasoras en Andalucía?

R.- La presencia de estas especies está favorecida por las actividades humanas. Por ejemplo, en el Cabo de Gata (Almería) una de las especies más emblemáticas es la yuca. Se trata de una planta sudamericana que se plantó extensivamente, aunque la sociedad tiene asimilado que es una especie autóctona típica de la zona. Es decir, que en pocas décadas culturalmente se ha perdido la noción de su origen. Es lo mismo que ocurre con las chumberas, que son de Centroamérica y las podemos encontrar en múltiples lugares de la geografía andaluza. Aunque las especies lleven muchos años en un mismo escenario, no son nativas, sino ‘integradas’. Principalmente a través de técnicas de observación y recogida de datos en los espacios naturales. Nos hemos centrado principalmente en la costa, donde comparamos las zonas invadidas con otras no invadidas. Además, equiparamos también la riqueza de plantas y, en casos concretos, la diversidad de polinizadores que visitan zonas invadidas y no invadidas. Normalmente, no existen diferencias en la diversidad de polinizadores, pero sí en su composición, en las redes que establecen y en sus posteriores visitas a las plantas nativas. En este sentido, puede ser que una planta nativa sea menos visitada por los colonizadores y fecunde menos.

Perfil: Búsqueda del equilibrio entre las especies

Monserrat Vilà es una científica nacida en Figueres (Girona) que, tras quince años de trabajo en Barcelona y en la Universidad de Berkeley (California, EEUU), llegó a Sevilla en 2006 para formar parte del equipo de investigadores la Estación Biológica de Doñana. Desde entonces, está especializada en la biología de la conservación y su investigación se centra principalmente en la ecología de las invasiones biológicas, especialmente en los ecosistemas mediterráneos, incluidas también las islas. Esta investigadora trata de encontrar el equilibrio entre las diferentes especies que habitan un mismo ecosistema.

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