sostenibilidad
El consumo ciudadano es el principal responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI): entre el 60 y el 75 % de los GEI están ligados a nuestro transporte, comida, vestido o climatización.
Al igual que el aceite de oliva o la dieta mediterránea, el pastoralismo es emblemático en el Mediterráneo. Al mismo tiempo, aquí la velocidad del cambio climático es mayor que la que señalan las tendencias globales.
Del 31 de octubre al 4 de noviembre de 2021 tendrá lugar en Glasgow la Conferencia de Cambio Climático de Naciones Unidas (COP26) que entre sus metas destaca el lema de “trabajar juntos para conseguir afrontar los retos de la crisis climática”.
Según recientes informaciones del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, se espera que para el año 2050 casi el 70 % de la población mundial viva en las ciudades.
Las microalgas están llamadas a ser una de las claves para la gestión integrada de los recursos hídricos. Nos permiten depurar aguas residuales con un menor consumo de energía y aumentar la sostenibilidad del proceso al mismo tiempo.
La cadena agroalimentaria, desde la producción hasta el consumo e incluso el compostaje y el retorno a la producción, afecta claramente al medioambiente. Pero también lo hace al equilibrio social, cultural y territorial e impacta tanto en nuestro entorno local como a nivel global
El fuerte proceso de urbanización que estamos experimentando, con una concentración demográfica del 70 % en núcleos urbanos, nos lleva a pensar en los riesgos que implican los nuevos modelos que no resultan sostenibles. Además, supone una acumulación de peligros.
Aunque el cambio climático es más que una realidad, parece que la pandemia ha desplazado este tema a un segundo o tercer plano. A eso le añadimos que en países como EE UU la preocupación por el asunto es relativamente baja en comparación con el resto del mundo.
La biodiversidad en tierras agrícolas está disminuyendo de forma drástica en toda Europa y la sociedad en general está cada vez más preocupada por la pérdida de fauna local icónica y los paisajes culturales.
La sustitución de estos vectores energéticos contaminantes por otros respetuosos con el medioambiente –los llamados combustibles verdes– es la única vía para evitar los graves efectos medioambientales asociados al cambio climático.
La alimentación 5S (Saludable, Segura, Sostenible, Social y Satisfactoria) es uno de los grandes objetivos del siglo XXI y para lograrlo, sí o sí hay que contar con las legumbres.
Las ciudades representan solo el 2 % de la superficie de la Tierra, pero producen el 70 % de las emisiones a nivel global y consumen el 78 % de los recursos. Esto justifica que se tengan que tomar medidas para reducir estas cifras , entre ellas, apostar por edificios sostenibles.