microplásticos
Todas especies acuáticas de las desembocaduras de los ríos al mar Mediterráneo y al océano Atlántico están contaminadas por microplásticos.
Un estudio con participación española, liderado por BirdLife International, señala al mar Mediterráneo y al mar Negro como las zonas del planeta en las que los petreles y las pardelas, uno de los grupos de aves marinas más amenazados, se enfrentan a un mayor riesgo de ingerir plásticos. Los resultados ponen de relieve la necesidad de mejorar la cooperación mundial para frenar este grave tipo de contaminación, cada vez más abundante.
Un estudio liderado por el IRNAS-CSIC señala que los suelos de espacios verdes urbanos y las áreas naturales adyacentes comparten niveles de metales pesados y pesticidas. El estudio evalúa por primera vez las diferencias en niveles de contaminantes entre los suelos de zonas naturales y espacios verdes urbanos a escala mundial.
Un estudio internacional en el que participa la Universidad de Alicante señala que los contaminantes preocupantes pueden dispersarse a través del transporte aéreo, la eliminación incontrolada de basuras e, incluso, con el agua de lluvia que discurre por la superficie de un terreno y llegar hasta los ecosistemas naturales.
A primera vista, las aguas del lago Lemán, el más grande de Europa occidental, parecen inmaculadas, pero si se miran con un microscopio se descubre que acumulan cerca de 600 toneladas de microplásticos.
Se vierten anualmente a los océanos entre 8 y 12 millones de toneladas de plástico, y no existe ninguna previsión a corto plazo de que este valor vaya a disminuir, más bien lo contrario.
Una investigación en la que participa la Universidad Autónoma de Barcelona ha reconstruido en alta definición la contaminación de este tipo que sufre el mar Mediterráneo.
Investigadores de California han seguido en sus inmersiones a los grandes cetáceos, y han medido la cantidad de plástico que hay en sus presas y en el agua. Los resultados de su estudio son sorprendentes.
Aunque se ha detectado la presencia de microplásticos en todos los ecosistemas marinos, calcular la cantidad a la que se exponen grandes mamíferos como las ballenas, protagonistas del #Cienciaalobestia, no es tarea fácil. Un nuevo estudio ha estimado a través de sus heces el número de compuestos de los que se alimentan: 21 microfragmentos de plástico por cada seis gramos de excremento.
Un estudio con participación española ha permitido encontrar trazas de materiales plásticos en las heces de pingüinos antárticos de tres diferentes especies: Adelia, barbijo y papúa. El equipo ha hallado en las muestras poliéster y polietileno, entre otras partículas de origen humano, como las fibras de celulosa.
Los microplásticos son pequeños fragmentos de plástico de entre 5 milímetros y 1 micrómetro (el tamaño de una bacteria). Puede que ya le resulten familiares por los numerosos informes que alertan de su presencia en el medio ambiente.
Un nuevo informe de UICN, publicado hoy, revela que unas 229.000 toneladas de plástico se vierten al Mar Mediterráneo cada año, el equivalente a más de 500 contenedores de transporte al día. A menos que se tomen medidas significativas para abordar la mala gestión de los residuos, principal causa de estos vertidos, esta cifra será el doble por lo menos para 2040.