microplásticos
Un equipo de investigación de las universidades de Almería y Politécnica de Cartagena ha establecido por primera vez en la agricultura mediterránea que la presencia de este tipo de residuos, así como los restos de pesticidas, alteran las comunidades de hongos y bacterias en los ecosistemas de agricultura con acolchado plástico. Esto puede afectar de forma negativa a propiedades del suelo, como su salud y fertilidad, entre otras.
La llegada masiva de pélets de plástico a las costas de Galicia, Asturias y Cantabria debido a un vertido reciente ha vuelto a poner en el foco la contaminación ambiental por plásticos y sus efectos sobre los ecosistemas.
No es la primera vez que las costas españolas se ven afectadas por la contaminación por pélets. Un ejemplo es la playa de La Pineda, en Tarragona, que lleva años contaminada con bolitas de plástico, producto de las pérdidas de las industrias petroquímicas cercanas
Desde hace varias semanas se conoce de la existencia de un vertido de microplástico, concretamente pélets de plástico, que está llegando principalmente a costas gallegas. Es tal la magnitud de este vertido que ya se le llama “marea blanca”, en alusión a la marea negra del Prestige que llegó hace 21 años a las mismas costas.
Todas especies acuáticas de las desembocaduras de los ríos al mar Mediterráneo y al océano Atlántico están contaminadas por microplásticos.
Un estudio con participación española, liderado por BirdLife International, señala al mar Mediterráneo y al mar Negro como las zonas del planeta en las que los petreles y las pardelas, uno de los grupos de aves marinas más amenazados, se enfrentan a un mayor riesgo de ingerir plásticos. Los resultados ponen de relieve la necesidad de mejorar la cooperación mundial para frenar este grave tipo de contaminación, cada vez más abundante.
Un estudio liderado por el IRNAS-CSIC señala que los suelos de espacios verdes urbanos y las áreas naturales adyacentes comparten niveles de metales pesados y pesticidas. El estudio evalúa por primera vez las diferencias en niveles de contaminantes entre los suelos de zonas naturales y espacios verdes urbanos a escala mundial.
Un estudio internacional en el que participa la Universidad de Alicante señala que los contaminantes preocupantes pueden dispersarse a través del transporte aéreo, la eliminación incontrolada de basuras e, incluso, con el agua de lluvia que discurre por la superficie de un terreno y llegar hasta los ecosistemas naturales.
A primera vista, las aguas del lago Lemán, el más grande de Europa occidental, parecen inmaculadas, pero si se miran con un microscopio se descubre que acumulan cerca de 600 toneladas de microplásticos.
Se vierten anualmente a los océanos entre 8 y 12 millones de toneladas de plástico, y no existe ninguna previsión a corto plazo de que este valor vaya a disminuir, más bien lo contrario.
Una investigación en la que participa la Universidad Autónoma de Barcelona ha reconstruido en alta definición la contaminación de este tipo que sufre el mar Mediterráneo.
Investigadores de California han seguido en sus inmersiones a los grandes cetáceos, y han medido la cantidad de plástico que hay en sus presas y en el agua. Los resultados de su estudio son sorprendentes.