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| 05 Jun 2023

El proyecto Uforest quiere co-crear un bosque educativo en la Sierra de Marina

En otoño del 2023 el proyecto Uforest realizará cuatro plantaciones de árboles simultáneas en el área metropolitana de Barcelona, Milán, Brasov y Dublín con un objetivo formativo. En el caso catalán, se ha propuesto restaurar una parcela degradada del Parc de la Serralada Marina como una prueba piloto de bosque educativo. Este futuro bosque educativo sería una prueba piloto para aprender a gestionar y mantener bosques periurbanos. Esta «aula abierta” fomentará la toma de consciencia sobre la importancia de proteger, conservar y vivir en armonía con la naturaleza urbana.

La parcela experimental, de unas 3 hectáreas, corresponde al municipio de Badalona y es de fácil acceso, con panorámicas a Barcelona y el Mediterráneo. Allí conviven especies exóticas variopintas, arbustos y árboles frutales, todo salpicado de desperdicios. Para seleccionar las especies a plantar se deberá tener en cuenta que el suelo es ácido y que las pendientes naturales del terreno favorecen el aporte de agua en la zona central de la parcela.

El proyecto Erasmus+ Uforest quiere promover el conocimiento sobre los bosques urbanos como una solución basada en la naturaleza que ayude a hacer frente a los retos sociales y ambientales de las ciudades. El CREAF, uno de los socios del proyecto, ha liderado dos de los informes en los que se ha basado el programa formativo: Uforest Training Needs’ Assessment and Stakeholder Analysis e EU Innovation Blueprint: Analysing factors influencing innovation within Urban Forestry.

Conciencia ciudadana para proteger los bosques urbanos

La intervención de la Sierra de la Marina, que “implicaría plantar y desplantar” en palabras de Joan Pino, director del CREAF y profesor de la UAB, se llevaría a cabo de forma participativa. Este enfoque estará guiado por una metodología de ciencia ciudadana que contribuya a generar interés y entender el proceso de restauración al resaltar los servicios ecosistémicos resultantes tras la renaturalización. Además, se propone realizar un taller inicial como espacio de co-creación para favorecer la cooperación y el consenso de las personas implicadas.

Un bosque periurbano como el de la Sierra de Marina aporta numerosos beneficios ambientales, sociales y económicos a los municipios colindantes. Como ejemplifican diversos casos de estudio de Uforest, los bosques metropolitanos son refugios de biodiversidad, favorecen la salud mental, ofrecen espacios para el recreo social, el deporte e, incluso, para el cultivo de alimentos, entre muchos otros servicios.

Incendios, mafias y jabalíes, retos de la silvicultura urbana

Con el ánimo de llevar la teoría a la práctica, los días 3 y 4 de mayo el proyecto Uforest celebraba su tercer año de vida con una presentación pública y un workshop sobre bosques urbanos. La UAB, el CREAF y Agresta S. Coop., tres de las socias del consorcio, reunieron por primera vez a personas provenientes de diversas geografías y disciplinas del ámbito público y privado para debatir sobre los retos y las oportunidades de los bosques periurbanos, aquellos espacios naturales rodeados de trama urbana.

Pablo Navascués, técnico de la Diputación de Barcelona, repasó los problemas sociales, económicos, normativos, urbanísticos y ecológicos de gestionar el Parc Natural de la Serra de Collserola. Este espacio natural está embutido entre nueve municipios en los que viven 4 millones de personas, de las cuales 20.000 en urbanizaciones del propio parque. “El peligro del hipotético Gran Incendio que podría arrasar con Collserola en siete horas es que amenaza la protección civil de sus habitantes”, en palabras de Navascués. El técnico explicó que los mayores conflictos de la gestión están relacionados con el aprovechamiento ilegal del lentisco por parte de mafias, las especies invasoras de flora, la saturación del jabalí hibridado, las carencias en la financiación pública, así como sensibilizar sobre la importancia de limitar la circulación de bicicletas y reducir biomasa para prevenir incendios. Navascués afirmaba que “la gestión de un bosque urbano no es rentable, pero ofrece un importante servicio social”. Y añade que, aunque profesionalizar el sector incrementa los costes, es una oportunidad para dignificar a personas en riesgo de exclusión social.

Como ejemplo de buenas prácticas, Miguel Ángel Fernández, responsable de Cauler, explicó cómo maximizar los servicios ecosistémicos de los bosques periurbanos y de ribera de Cuenca. Por su parte, Corina Basnou, investigadora del CREAF, Iñigo Lizarralde, CEO de Föra y Ricardo Fernández, del equipo técnico de Ecoacsa presentaron diversas herramientas para entender las percepciones sociales de la contaminación y la gestión de los espacios verdes, para detectar e inventariar árboles urbanos y para medir el valor social, ambiental y económico del capital natural y la infraestructura verde de las ciudades, respectivamente.

Para saber más: https://blog.creaf.cat/es/noticias/uforest-bosque-educativo-sierra-marina/

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