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Un grupo de investigadores, entre los que se encuentran expertos de la Universidad de Cádiz, ha descubierto que la biomasa de animales en el océano profundo es mucho mayor de la que se estimaba hasta ahora y que pueden desempeñar un importante papel en la mitigación de los efectos del cambio climático.
Según un estudio liderado por el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) y la Universidad Pablo de Olavide (UPO) centrado en los límites de los bosque subalpinos y polares a nivel global, el aumento de temperaturas durante el siglo XX ha favorecido al crecimiento de los árboles, pero si continúa subiendo la temperatura el crecimiento de esos árboles se podría desacoplar de la temperatura durante el siglo XXI.
La investigación, en la que participan varias universidades españolas, entre ellas la Universidad de Granada, revela que el aumento de las temperaturas y la reducción del nivel de precipitaciones en los últimos 25 años en la Reserva Biológica de Doñana han ido acompañados de un progresivo retraso en la época de celo (la berrea) de los ciervos.
Un trabajo de la Universidad de Córdoba avala las acciones de conservación ex situ del mangabey de coronilla blanca y propone nuevas estrategias de apareamiento para continuar preservando la diversidad genética y la viabilidad de la especie a largo plazo.
La polinización realizada por insectos es fundamental para los ecosistemas terrestres y para la producción de cultivos. Sin embargo, las poblaciones de abejas están disminuyendo como consecuencia de los diferentes efectos del cambio climático.
Granada acogerá una de las sesiones de aprendizaje práctico sobre medio ambiente y clima, a la que asistirán docentes y expertos de instituciones científicas de España, Italia, Grecia y Estonia.
Un equipo internacional, con participación de expertos de la Estación Experimental de Zonas Áridas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (EEZA-CSIC), ha demostrado cómo la respuesta de los matorrales semiáridos a las lluvias depende de las interacciones complejas entre las plantas y animales que viven en él. En el estudio, se analizaron 25 años de observaciones en uno de los experimentos de campo más ambiciosos del mundo y el más longevo del Hemisferio Sur.
Un estudio de la Universidad de Córdoba y el CSIC demuestra que las diferencias espaciales entre la microbiota intestinal del conejo depende más de factores medioambientales que de la subespecie. Este trabajo abre además las puertas a explorar cómo puede determinar la eficiencia de la explotación de los recursos alimentarios y ser un indicador potencial de la esperanza de vida, con aplicaciones potenciales para el manejo de poblaciones de herbívoros silvestres en declive.