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El uso de tecnología GPS, altímetros y acelerómetros colocados sobre las aves en plena migración permitió documentar cómo adaptan sus estrategias de vuelo al desplazarse sobre un medio hostil, reforzando la idea de que el Mediterráneo actúa como una “barrera ecológica”. Este marcaje permitió medir y comparar las estrategias de vuelo antes, durante y después de cruzar el estrecho de Gibraltar, caracterizando así el desplazamiento migratorio de los tramos que conectan las zonas de cría Europeas con los cuarteles de invernada Africanos.
Un estudio de la Universidad de Cádiz se centra en encontrar nuevas formas para aumentar la producción agraria cultivando diversos tipos a la vez. El intercultivo o ‘intercropping’, técnica de cultivar dos o tres especies a la vez en un mismo campo agrícola, ha demostrado su eficacia con la mejora en el control de plagas o la optimización de los recursos del suelo. Su uso está empezando a ser cada vez más frecuente en agricultura y los expertos buscan perfeccionar este procedimiento frente al monocultivo.
Un grupo de investigación de la Universidad de Cádiz y el Campus de Excelencia Internacional Global del Mar (CEIMAR) ha creado un método para organizar estos residuos con una paleta de referencia de 120 tonalidades. Hacer un seguimiento cromático permite entender cómo se deterioran y cuál es su dinámica en el mar.
Un equipo del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN) del centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Cádiz, en colaboración con investigadores de la Universidad de Bangor de Reino Unido y del Museo de Historia Natural de Israel, revela que esta área es especialmente vulnerable a las invasiones procedentes del Mar Mediterráneo y de la costa oeste africana, en este último caso acentuadas por el calentamiento global. Estas especies introducidas pueden volverse invasoras en el nuevo entorno, causando impactos económicos y ecológicos tan importantes que despiertan la preocupación de los pescadores.
Dos humedales con una superficie media de 8 hectáreas cada uno han aparecido en la orilla izquierda del Guadalquivir. La singularidad, en una zona donde estos ecosistemas no son escasos, deriva de que han sido construidos en zonas muy alteradas, y como un traje a medida para la numerosa avifauna de un río y sus orillas, incluidos dentro de la Red Natura.
Los atunes de la almadraba gaditana ya no se izan al barco entre espuma y sangre, con bicheros que enganchan su gigantesco cuerpo. Ahora, un buzo armado de un arpón, va sacrificándolos uno a uno dentro del copo. La causa es la mejora en el sabor del animal.
Conocida popularmente como ‘morra’, su nombre científico es 'Cynara tournefortii', una especie incluida en la Lista Roja de la Flora Vascular Española y que forma parte de un grupo de cinco plantas amenazadas con el que ha estado investigando el Real Jardín Botánico del CSIC. La última vez que se redescubrió este endemismo en el campo fue en la provincia de Sevilla en el año 2016. El trabajo con esta especie se inició en 2010 con el estudio de dos poblaciones, una cerca de la playa de Bolonia y otra en Alcalá de los Gazules, ambas en la provincia de Cádiz.
Un grupo de investigación del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Cádiz alerta de que estos crustáceos huyen de los componentes de los factores de protección de rayos ultravioleta a entornos más limpios con los correspondientes cambios que estos desplazamientos provocan en el ecosistema.