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Un trabajo de la Universidad de Córdoba avala las acciones de conservación ex situ del mangabey de coronilla blanca y propone nuevas estrategias de apareamiento para continuar preservando la diversidad genética y la viabilidad de la especie a largo plazo.
La polinización realizada por insectos es fundamental para los ecosistemas terrestres y para la producción de cultivos. Sin embargo, las poblaciones de abejas están disminuyendo como consecuencia de los diferentes efectos del cambio climático.
Granada acogerá una de las sesiones de aprendizaje práctico sobre medio ambiente y clima, a la que asistirán docentes y expertos de instituciones científicas de España, Italia, Grecia y Estonia.
Un equipo internacional, con participación de expertos de la Estación Experimental de Zonas Áridas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (EEZA-CSIC), ha demostrado cómo la respuesta de los matorrales semiáridos a las lluvias depende de las interacciones complejas entre las plantas y animales que viven en él. En el estudio, se analizaron 25 años de observaciones en uno de los experimentos de campo más ambiciosos del mundo y el más longevo del Hemisferio Sur.
Un estudio de la Universidad de Córdoba y el CSIC demuestra que las diferencias espaciales entre la microbiota intestinal del conejo depende más de factores medioambientales que de la subespecie. Este trabajo abre además las puertas a explorar cómo puede determinar la eficiencia de la explotación de los recursos alimentarios y ser un indicador potencial de la esperanza de vida, con aplicaciones potenciales para el manejo de poblaciones de herbívoros silvestres en declive.
El Laboratorio de Biología Marina de la Universidad de Sevilla ha realizado un estudio para identificar delfines comunes heridos (lacerados) en las costas de Algeciras. Los investigadores han seguido el proceso de curación de cinco delfines que presentaban heridas externas frescas de diferentes fuentes. En la mayoría de ellos los procesos de cicatrización de sus heridas duraron de 3 a 21 semanas y sólo uno se sugiere que murió.
Un estudio con participación de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC) identifica dos tipos de interacción que favorecen la estabilidad de las comunidades vegetales y mitiga la desaparición de especies. Lo ha obtenido tras analizar 166 comunidades de plantas de montaña de más de 80 regiones del mundo.
Un equipo de investigación de la Universidad de Almería ha definido cuál es el conjunto de microorganismos que degradan residuos para convertirlos en abono vegetal. Mediante el análisis de ADN, los investigadores estudian el proceso de compostaje, por el cual se genera un producto comercial para el que se requieren características medibles ante el consumidor, de ahí la importancia de conocer cuál es su grado de madurez y de estabilidad.