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Esta iniciativa permite la interacción de naturalistas aficionados y profesionales y que genera datos científicos que pueden ser usados por la comunidad investigadora. Así, el proyecto ‘Biodiversidad de la Universidad Pablo de Olavide’ se desarrolla dentro de iNaturalist, una plataforma que permite a cualquier persona aportar datos científicos mediante observaciones de seres vivos, contribuyendo de esta manera a la generación de conocimiento y conciencia ambiental en la ciudadanía.
El Centro Ifapa La Mojonera desarrolla un proyecto de transferencia de conocimiento centrado en el uso de agua desalada y regenerada.
Este estudio internacional, en el que participa la Universidad de Almería, expone que la descomposición de hojarasca es un proceso crítico en los ecosistemas fluviales, y juega un notable papel en los intercambios de carbono entre la biosfera y la atmósfera, todo ello con potenciales retroalimentaciones sobre el clima global. Además, este trabajo apunta a la diversidad vegetal como factor principal que afecta a la descomposición de materia orgánica.
En el mes de junio del año pasado, un paseo por la playa de Matalascañas (Huelva) nos descubrió un escenario fantástico producido en este entorno hace más de 100 000 años. Los intensos temporales del invierno y la acción de unas mareas vivas dejaron al descubierto una extensa superficie pisoteada de algo más de 6 000 m².
En junio de 2020, un yacimiento singular fue descubierto en la playa de Matalascañas en Almonte (Huelva) por María Dolores Cobo y Ana Mateos del Espacio Natural de Doñana. Al principio, se detectaron distintas huellas fósiles de aves y mamíferos de una época cercana a los 100.000 años de antigüedad. Tras una investigación más exhaustiva, se descubrieron entre ellas hasta 87 pisadas de origen humano, concretamente neandertal.
Expertos de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) analizan el grado en que la coloración de las diferentes zonas está conservada o diversificada a lo largo del árbol evolutivo de las especies de esta ave en el mundo. Para ello, han empleado un método novedoso nunca antes aplicado a estudios de coloración animal, con el que detectaron que la mayor parte de la diversificación de color se concentra en solo el 12% de la superficie corporal, y ésta coincide con las zonas denominadas frontales (cabeza, cuello, pico y ojos).
Un estudio de la Estación Biológica de Doñana junto con centros de investigación británicos ha analizado la dieta de peces como la trucha y el salmón y de aves acuáticas, como el mirlo acuático y la lavandera cascadeña. Los resultados demuestran que los invertebrados acuáticos suponen un gran porcentaje de su dieta. La pérdida de estos invertebrados podría ser una de las razones que explican la desaparición de truchas, salmones y aves acuáticas en los ríos.
Un estudio liderado por la Universidad Pablo de Olavide revela que aquellas especies que resultan más atractivas, independientemente de su abundancia, sufren de una mayor presión de captura ilegal. Estos resultados indican un serio problema de conservación, ya que aquellos ejemplares que presenten ciertas características de coloración, tamaño o capacidad de imitar la voz humana están sufriendo una gran presión de captura, a pesar de ser especies poco abundantes, pudiendo verse sus poblaciones seriamente mermadas.