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El experimento se hizo en condiciones naturales examinando la atracción de las aves gracias a modelos de orugas de polillas de invierno
Investigadores del grupo de investigación Química Analítica de la Universidad de Jaén han desarrollado un nuevo método para analizar la presencia de ocho pesticidas frecuentes en agricultura en muestras de polen y néctar. Su utilización masiva está relacionada con la desaparición de colonias de abejas en apicultura, lo que convierte a esta herramienta en un instrumento útil para conocer con exactitud las cantidades que pueden alterar el ecosistema.
Un estudio en el que han participado investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha integrado las dos teorías clásicas que los ecólogos han usado para estudiar las interacciones entre las diferentes especies en la naturaleza. La nueva metodología supone un avance para entender el mantenimiento de la biodiversidad y puede dar con herramientas clave para su conservación.
Este proyecto, denominado “Supervivencia y recuperación de las especies descartadas en la pesca de arrastre en aguas atlánticas de la Península Ibérica” (SUREDEPAR), tiene como objetivo evaluar las tasas de supervivencia y recuperación de especies comerciales tras la pesca de arrastre demersal en aguas atlánticas españolas. Liderado por el catedrático de la UCA Juan Miguel Mancera, cuenta con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, a través del Programa Pleamar, cofinanciado por el FEMP, y el Instituto Español de Oceanografía (IEO) en sus sedes de Cádiz y Vigo.
Un estudio con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha demostrado que conservar una gran diversidad de especies de abejas es fundamental para asegurar la polinización de los cultivos. El trabajo, publicado en la revista Science, ha medido las especies necesarias para polinizar tres cultivos (sandía, grosella y arándano), a lo largo de más de 50 fincas agrícolas, y ha concluido que, de las 100 especies que encontraron, más de 50 especies eran necesarias para asegurar su polinización.
Un estudio liderado por un equipo de la Estación Biológica de Doñana (EBD), centro del CSIC en Sevilla, en conjunto con el Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBER), y con la colaboración del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) y del Servicio de Control de Mosquitos de la Diputación de Huelva, ha identificado los factores que determinan la presencia de anticuerpos frente al virus West Nile en aves silvestres. El estudio ha sido publicado en la revista Scientific Reports, del grupo editorial de la revista Nature.
Investigadores del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN-CSIC, España), del Centro de Ecología Funcional (CFE) de la Universidad de Coimbra (Portugal) y de la empresa Aquatic BioTechnology (España) acaban de desarrollar un nuevo sistema de experimentación para evaluar los efectos de los contaminantes (así como cualquier otro factor de estrés) sobre la distribución espacial de los organismos.
Un estudio de Andy J. Green, profesor de investigación de la Estación Biológica de Doñana (EBD), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y Adam Lovas-Kiss (Universidad de Debrecen, Hungría) ha mostrado la relevancia del papel de los ánades azulones en la dispersión de distintas semillas. Ya en la época de Darwin surgieron tesis sobre la función de las aves acuáticas como agentes del movimiento de plantas y helechos, al adherirse semillas y esporas en las patas o plumas. Sin embargo, la clave reside en la endozoocoria, tal y como revela el artículo publicado en Journal of Ecology: “Endozoocoria de helechos acuáticos y angioespermas por ánades reales en Europa central”.