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Un estudio liderado por la Universidad Pablo de Olavide y publicado en la revista 'Nature Ecology and Evolution' destaca la necesidad de mantener la biodiversidad de distintos grupos de organismos del suelo y, sobre todo, de identificar y proteger aquellas especies con especial importancia funcional y que se encuentran altamente conectadas dentro de la red trófica.
El alga 'Rugulopterix okamurae' es originaria de aguas templadas cercanas a China, Corea, Filipinas y Japón. Se cree que llegó a bordo de alguno de los buques que surcan el Estrecho. Tardó en conocerse su presencia porque es muy similar a algunas especies locales. Ahora es un gravísimo problema para distintas actividades que dependen del mar.
Según un estudio liderado por el CSIC, el efecto de las sequías pasadas podría constituirse como un indicador clave para predecir el riesgo de mortalidad en los árboles. El estudio utiliza los anillos de crecimiento de los árboles para comparar la respuesta a sequías de árboles muertos y supervivientes.
Fomentando la Gobernanza de los Servicios Ecosistémicos de la Región (PROmoting the Governance of Regional Ecosystem Services), financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), espera iniciar un proceso de intercambio de experiencias para mantener biodiversidad, los bienes y los servicios que proporciona la naturaleza.
Un estudio de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC) y el Hospital Universitario de Canarias vincula los episodios de polvo sahariano con una mayor mortalidad intrahospitalaria en pacientes con cardiopatía.
Un estudio de la Universidad de Jaén demuestra la importancia de los humedales, cuyo Día Internacional se conmemora hoy 2 de febrero, como hito en la estructuración del paisaje de las sociedades romanas y en el posterior asentamiento de las vías pecuarias en la zona del Alto Guadalquivir.
Los últimos estudios sobre los yacimientos de Orce desvelan que los primeros pobladores del continente europeo, hace 1,4 millones años, desarrollaron técnicas innovadoras que no se volvieron a utilizar hasta 400 mil años después. Los resultados de este trabajo, realizado por la Universidad de Granada, se publican esta semana en la prestigiosa revista PLoSOne.
El trabajo, realizado por investigadores del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN) señala además que el Atlántico es “muy vulnerable” a la acidificación, producida por el descenso gradual del pH debido al aumento de la absorción de CO2. El trabajo recoge por primera vez una evolución temporal de la tasa de acidificación de las aguas del Atlántico Norte y el Mediterráneo que se intercambian a través del canal. Los resultados atienden a las mediciones periódicas llevadas a cabo durante 11 años, entre 2005 y 2015.