La Universidad de Málaga lidera el primer experimento de alcalinización oceánica en la península
En busca de que el océano absorba más CO₂ atmosférico, se trata del primer estudio de estas características en la Península, en concreto, desarrollado en las aguas costeras del Mediterráneo. El objetivo principal es explorar los efectos de la alcalinización oceánica en la dinámica del fitoplancton, organismos clave para la salud de los ecosistemas marinos y la regulación del clima global.
Científicos del Departamento de Ecología de la Universidad de Málaga, dirigidos por la catedrática María Segovia, lideran un experimento pionero de alcalinización oceánica en la península para probar estrategias de mitigación del cambio global a nivel mundial.
En busca de que el océano absorba más CO₂ atmosférico, se trata del primer estudio de estas características en la Península, en concreto, desarrollado en las aguas costeras del Mediterráneo. El objetivo principal es explorar los efectos de la alcalinización oceánica en la dinámica del fitoplancton, organismos clave para la salud de los ecosistemas marinos y la regulación del clima global.
Tecnología de vanguardia
La investigación se enmarca en el Programa Internacional de I+D sobre la Alcalinización Oceánica (OAEPIIP) que financia a 18 laboratorios participantes a nivel mundial -Australia, Nueva Zelanda, China, Canadá, España, Estados Unidos, Alemania, Chile, Kenya, Reino Unido, Malasia, Portugal e India- para llevar a cabo experimentos de alcalinización oceánica en sus entornos locales.
Este experimento, en concreto, está centrado en evaluar cómo el fitoplancton, la base de la red trófica marina, responde a diferentes fuentes de alcalinización. Para ello, el equipo emplea tecnología de vanguardia, incluyendo análisis genómicos y proteómicos, para monitorizar los cambios en la composición y productividad del fitoplancton a lo largo del experimento.
Combatir el cambio climático
La alcalinización oceánica es una estrategia emergente para combatir el cambio climático que consiste en añadir compuestos alcalinos al océano con el fin de aumentar su capacidad para absorber dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera. Este proceso, según señalan, no solo podría mitigar los efectos del calentamiento global, sino también contrarrestar la acidificación de los océanos, un fenómeno que amenaza la biodiversidad marina.
La investigadora de Ecología de la Facultad de Ciencias de la UMA María Segovia subraya que “la alcalinización oceánica representa una posible herramienta para enfrentar la crisis climática, pero aún conocemos poco sobre sus impactos en los ecosistemas marinos. Este estudio, por tanto, es crucial para entender cómo estas intervenciones podrían afectar al fitoplancton, que desempeña un papel esencial en el secuestro de carbono y en la producción de oxígeno”.
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