En el mediterráneo cada vez hay más bosque, pero está más amenazado

Según el último informe que ha publicado la FAO, el cambio climático, los incendios forestales y la escasez de agua incrementan la degradación del bosque en el mediterráneo.

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Según el último informe que ha publicado la FAO, el cambio climático, los incendios forestales y la escasez de agua incrementan la degradación del bosque en el mediterráneo. El CREAF ha colaborado coordinando un capítulo entero donde se han detallado las causas de esta degradación.

En cinco años el área de bosque mediterráneo ha aumentado en un 2 por ciento. Esto se traduce en un incremento de 1,8 millones de hectáreas -aproximadamente el tamaño de Eslovenia-, según un nuevo informe sobre El estado de los bosques mediterráneos elaborado por la FAO y el Plan Bleu.

“El libro es una segunda edición de un celebrado informe, el de 2013, que incluía muchos datos pero poca evaluación de los mismos”, comenta Enrique Doblas, investigador del CREAF que ha colaborado con la publicación, “en el actual se ha intentado buscar más la revisión de conocimientos y señalar el estado, las amenazas y las potenciales soluciones para la conservación del bosque mediterráneo.

En relación a esto, el informe incluye otro mensaje clave: los bosques del Mediterráneo también se han visto seriamente afectados por la degradación y están cada vez más amenazados por el cambio climático, el crecimiento demográfico, los incendios forestales y la escasez de agua. “Los bosques mediterráneos llevan tiempo adaptándose a las presiones que conlleva el desarrollo humano. Pero estas presiones nunca han sido tan extremas como ahora”, afirma Hiroto Mitsugi, Subdirector General de la FAO al frente del Departamento Forestal.

“A menos que hagamos más para combatir la degradación de los bosques –añadió Mitsugi- más de 500 millones de personas en 31 países y tres continentes se enfrentarán pronto a un amplio abanico de problemas económicos, sociales y ambientales”.

Causas de la degradación de los bosques mediterráneos

El CREAF ha sido el coordinador del capítulo específico que ha desgranado las causas de esta degradación. Según este capítulo, coordinado por el investigador del CREAF Enrique Doblas, la degradación de los bosques en el norte del Mediterráneo se debe principalmente al abandono de la tierra y los incendios, mientras que los bosques en el sureste de la región sufren la sobreexplotación de la leña, sobrepastoreo y la presión demográfica.

Por ejemplo, cuando los árboles intentan resistir las sequías, agotan sus reservas de carbono y producen menos carbohidratos y resinas, que son esenciales para su salud. Esto ya ha provocado una disminución o la muerte de robles, abetos, piceas, hayas y pinos en España, Francia, Italia y Grecia, y de los cedros del Atlas en Argelia.

La población en las riberas del Mediterráneo se duplicó entre 1960 y 2015, alcanzando los 537 millones de personas, y se estima que llegará a 670 millones en 2050. Si bien han habido pocos cambios demográficos en el norte, el rápido aumento de población en el sureste de la región ha llevado a una explotación excesiva de los recursos naturales.

Los incendios forestales siguen representando una amenaza importante. Aunque la cifra de incendios ha disminuido en el norte y noreste en las últimas décadas, el número de incendios de mayor extensión (que afectan a más de 500 hectáreas) ha aumentado. El informe prevé que esta tendencia continúe: habrá en general menos incendios, pero de mayor envergadura.

La escasez de agua y la erosión del suelo son especialmente dañinas para los bosques mediterráneos, ya que los suelos son más delgados y pobres que en otras regiones.

Soluciones a la degradación forestal

El informe insta a los países a ampliar la restauración de bosques y paisajes. En particular, recomienda:

  • Entresacar y plantar especies de árboles mezcladas para reducir el impacto de las sequías
  • Nuevas políticas de lucha contra incendios que vayan más allá de apagar fuegos e incluyan actividades preventivas de gestión, preparación y restauración de la vegetación
  • Una estrategia forestal regional y políticas comunes
  • Reforzar las cadenas de valor forestal
  • Los bosques mediterráneos forman ya parte de la economía verde, pero sus contribuciones podrían maximizarse si las estrategias de esta economía verde se centrasen más en los bosques
  • Incremento de bosques, parques y huertas en las áreas urbanas
  • Crear alianzas más sólidas entre los sectores público y privado para la gestión forestal
  • Aplicar las directrices de la FAO para la restauración de bosques y paisajes degradados

El informe abarca 27 países: Albania, Argelia, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Chipre, Egipto, Francia, Grecia, Israel, Italia, Jordania, Líbano, Libia, la ex República Yugoslava de Macedonia, Malta, Mónaco, Montenegro, Marruecos, Palestina, Portugal, Serbia, Eslovenia, España, República Árabe Siria, Túnez y Turquía.

Fuente: CREAF

 

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