secuestro de CO2
Un grupo internacional de científicos revela cómo los microorganismos en la zona mesopelágica, incluso bajo la capa de hielo de la Antártida, tienen la capacidad de utilizar compuestos de azufre inorgánico como única fuente de energía para capturar dióxido de carbono. El artículo que se publica en Nature Microbiology aporta nueva información sobre el proceso de fijación de carbono en capas adonde no llega la luz solar.
Una investigación publicada en la revista Nature Climate Change ha logrado evaluar por primera vez la cantidad, los factores controladores y la sensibilidad del carbono al calentamiento global en zonas verdes urbanas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentó el día 8 de septiembre de 2021 en Roma, dos instrumentos prácticos destinados a alentar el mantenimiento y captación del carbono orgánico del suelo, una herramienta fundamental para la acción por el clima.
El secuestro de carbono que tiene lugar durante el crecimiento de los árboles ocurre a expensas de reducir el carbono almacenado en el suelo.
El Grupo Operativo Nacional ‘Carbocert’ elabora una guía con medidas a implementar en los seis cultivos de referencia del entorno mediterráneo.
IFAPA, junto a la Universidad de Córdoba y la Asociación Española de Agricultura de Conservación. Suelos Vivos, han desarrollado un estudio en el que se ha utilizado la herramienta digital Carbon Benefit Project, diseñada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Mediante la cual se ha constatado que la aplicación la siembra directa en cultivos extensivos puede llegar a aumentar hasta en tres veces el objetivo de secuestro de carbono acordado en la iniciativa “4perMille”.
Los bosques desempeñan un papel esencial en la retención de carbono. ¿Pero durante cuánto tiempo pueden retenerlo? Un nuevo estudio muestra que el tiempo de permanencia del carbono en los bosques terrestres se ha reducido entre el 0,2% y el 0,3% anual en las últimas décadas. La mayor concentración de dióxido de carbono, los aumentos de temperatura y las sequías aceleran la mortalidad vegetal.