parásitos
Todavía es posible descubrir nuevas especies de insectos, como lo ha demostrado un equipo de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), en colaboración con el Centro de Rickettsiosis y Enfermedades Transmitidas por Artrópodos Vectores (CRETAV) del CIBIR en Logroño y la Universidad de Prešov (Eslovaquia).
La presencia de parásitos sanguíneos se relaciona con el tamaño de las manchas blancas del plumaje de las hembras, dependiendo del origen del ave y del hábitat de cría.
Un estudio liderado por la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) señala que la presencia de estos parásitos en mosquitos es mayor a medida que aumenta la distancia a marismas y ríos.
Los resultados, obtenidos tras analizar más de 16.000 mosquitos, muestran una mayor riqueza de linajes genéticos de parásitos de la gripe aviar en zonas naturales frente a las rurales.
Los resultados del estudio han revelado que algunos parásitos del género Plasmodium, responsables de la malaria aviar, son más diversos en la ciudad que en el campo, presentando algunos linajes que sólo se encuentran en aves de ciudades europeas y que tienen su mayor representación en la ciudad de Granada.
Este estudio de la Universidad de Granada ha demostrado que los piojos de los mamíferos se originaron en el ancestro común de los afroterios, un grupo de mamíferos de distribución africana al que pertenecen los elefantes, los damanes y las ratas elefante. La colonización desde estas especies al resto de mamíferos, incluidos los humanos, se produjo porque los parásitos saltaron de hospedador en hospedador, es decir, pasando de parasitar una especie animal a otra.
La observación y el estudio durante una década de una población de herrerillo común, Cyanistes caeruleus, en los pinares de Valsaín (Segovia) ha permitido a un equipo de investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (MNCN-CSIC) confirmar los cambios ambientales que se han producido en la zona y analizar cómo han afectado a la abundancia de los parásitos que infestan a estas aves.