calentamiento global
Los bosques son un importante sumidero de carbono por su capacidad de fijar dióxido de carbono de la atmósfera al hacer la fotosíntesis. Sin embargo, también ellos sufren las consecuencias del cambio climático.
Los refugios climáticos son espacios en edificios públicos o en el exterior que ofrecen confort térmico durante los periodos de altas temperaturas, bien porque están climatizados o porque posibilitan lo que antaño llamábamos “estar al fresco”.
En el contexto actual de emergencia climática, el calentamiento global se hace cada vez más presente, también en las ciudades. Fenómenos como la isla de calor urbana o las olas de calor son cada vez más intensos y frecuentes. Además, las migraciones provocadas por el cambio climático aumentarán el número de personas que viven en las urbes. Pero ¿hasta qué punto afectan esos fenómenos térmicos a la salud y bienestar de sus habitantes?
Un estudio con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha concluido que deslizamientos submarinos desencadenados por el calentamiento global en el área de las Islas Svalbard (Noruega) podrían generar tsunamis.
En los años 2019 y 2020 se registró un inusual número de incendios en el Ártico. Esto disparó las alarmas de la comunidad científica, ya que en el Ártico hay grandes extensiones de turberas de permafrost, una capa de subsuelo permanentemente congelada que acumula gran cantidad de carbono.
La sequía es un fenómeno silencioso, que llega sin avisar y del que, normalmente, nos damos cuenta cuando lleva entre nosotros semanas o meses.
Debido a las actividades humanas, los niveles de CO₂ en la atmósfera son ya un 50 % más altos que en la época preindustrial, a pesar de una reducción momentánea en las emisiones de gases de efecto invernadero durante la pandemia.
En los Pirineos, los pinos ya están viviendo en una nueva realidad creada por el ser humano. En las partes altas, estos árboles se están extendiendo. En las zonas de mediana altitud, están creciendo más. En las zonas más bajas, su mortalidad ha aumentado.
La actual crisis climática no solo nos deja un invierno históricamente cálido y una década de temperaturas récord, sino que se solapa con una crisis energética casi sin precedentes.
Entre el 21 de marzo y el 1 de abril se reúne el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) para aprobar el estudio sobre medidas que frenen la crisis climática, en el que llevan trabajando tres años más de 200 autores y autoras. El texto, que corresponde a la tercera entrega del VI informe del grupo de expertos, se publicará el 4 de abril.
Con algo de retraso sobre el horario previsto debido a la pandemia, el IPCC ha aprobado el informe Cambio climático 2022: impactos, adaptación y vulnerabilidad.
Frenar y revertir el calentamiento global, producido por las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero, es una prioridad urgente. El dióxido de carbono (CO₂) es el gas de efecto invernadero más importante, y el que se utiliza como referencia.