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Fotografía ilustrativa del artículo
| 12 Mar 2024

Un proyecto sobre biodiversidad supera el millar de especies inventariadas en el campus de la Pablo de Olavide

Creado a finales de 2020, el proyecto ‘Biodiversidad en la Universidad Pablo de Olavide’ ha superado la cifra de 1000 especies inventariadas en los terrenos del campus. Esta iniciativa participativa de ciencia ciudadana cuenta actualmente con 5212 observaciones de 1026 especies distintas. Este logro ha sido posible gracias a la participación colaborativa de más de 200 personas como observadores y más de 800 como identificadores.

En poco más de tres años, y con la participación colaborativa de cientos de personas tanto en la fase de observación como de identificación, el proyecto de ciencia ciudadana ‘Biodiversidad en la Universidad Pablo de Olavide’ ha superado la destacable cifra de 1000 especies inventariadas en los terrenos del campus a través de más de 5000 observaciones de seres vivos.

“Este hito, sin duda, consolida a la Universidad Pablo de Olavide como una de las universidades que cuenta con un mayor patrimonio natural a nivel nacional, y estimula los esfuerzos para conocer, poner en valor y conservar la biodiversidad del campus”, expresa el profesor del área de Botánica de la UPO Santiago Martín Bravo quien, junto a José Ignacio Márquez Corro, actualmente investigador postdoctoral en los Royal Botanic Gardens, Kew,  Inglaterra, puso en marcha a finales de 2020 este proyecto que permite la interacción de naturalistas aficionados y profesionales y que genera datos científicos que pueden ser usados por la comunidad investigadora.

Así, esta iniciativa se desarrolla dentro de iNaturalist, una plataforma que permite a cualquier persona aportar datos científicos mediante observaciones de seres vivos, contribuyendo de esta manera a la generación de conocimiento y conciencia ambiental en la ciudadanía.

Plantas, aves y resto de fauna

A día de hoy, el proyecto ‘Biodiversidad de la Universidad Pablo de Olavide’ cuenta con 5212 observaciones de 1026 especies distintas. Entre los principales grupos de seres vivos catalogados, cabe destacar las plantas silvestres, con 452 especies, como la margarita mediterránea, la malva de campo o la viborera, así como las ornamentales, con 189, entre las que se encuentran la adelfa, el olivo y el granado. En el inventariado de este último grupo ha sido de especial relevancia la colaboración del servicio de Coordinación de Política Ambiental de la UPO, de la mano de Francisco José Fernández Martín.

En cuanto a la fauna se han inventariado 397 especies de las que casi el 75% corresponden a insectos como la mariposa. (Papilio machaon).

En cuanto a la fauna, se han inventariado hasta el momento 397 especies, de las cuales casi el 75% corresponden a insectos como la mariposa arlequín, la abeja melífera o la mantis ibérica. Las aves, con 79 especies catalogadas, son un grupo cuya observación y estudio cuenta con gran cantidad de aficionados y en el que la UPO destaca por su gran riqueza, en la cual las lagunas del campus juegan un papel fundamental. Junto a aves bien conocidas y habituales en entornos urbanos, como el gorrión, el mirlo o la golondrina, aparecen otras especies ligadas a hábitats más naturales, especialmente aves acuáticas como el morito, el calamón, la garceta común y la focha. Se han inventariado algunas especies relativamente escasas o esquivas, cuya presencia en el campus puede resultar sorprendente, como el avetorillo o las coloridas oropéndola y martín pescador, además de multitud de pequeños pájaros paseriformes y diversas aves rapaces diurnas y nocturnas.

También se han documentado, entre otros animales, 8 especies de reptiles, entre los que se encuentran la salamanquesa, la lagartija colilarga y tres especies de serpiente, 7 de mamíferos, como el erizo y el zorro, y 6 de peces, como la carpa común o el barbo. Por último, los hongos y los líquenes también están presentes en el campus con 44 especies identificadas hasta el momento.

“A pesar de esta sorprendente diversidad de seres vivos en nuestro campus, estamos seguros de que hay todavía centenares de especies en la UPO esperando a ser inventariadas, por lo que animamos a todo aquel interesado a contribuir con sus observaciones de biodiversidad” afirman los impulsores del proyecto.

También se han documentado, entre otros animales, 8 especies de reptiles, entre los que se encuentran la salamanquesa, la lagartija colilarga y tres especies de serpiente.

Este logro ha sido posible gracias a la participación colaborativa de más de 200 personas como observadores y más de 800 como identificadores. En el proyecto puede participar de manera totalmente libre y gratuita cualquier ciudadano, sea o no parte de la comunidad universitaria, interesado en el conocimiento de la naturaleza. Mediante la instalación en el teléfono móvil de la aplicación ‘iNaturalist’ y la toma de fotografías de cualquier especie de ser vivo, cualquiera puede contribuir con sus observaciones que, posteriormente, son identificadas de manera colaborativa por los casi 3 millones de usuarios a nivel global que componen la comunidad de esta plataforma. Aquellas observaciones que se realizan en los terrenos de la UPO se agregan automáticamente al proyecto.

Mucho más que un inventario 

Además de para la catalogación de especies, este proyecto se emplea como herramienta de gestión del patrimonio natural de la Universidad Pablo de Olavide, incluyendo la identificación y seguimiento de determinadas especies de interés biológico o conservacionista (especies raras o amenazadas, endemismos de distribución restringida, etc.), pero también para la detección temprana y monitorización de la expansión de especies exóticas invasoras, que constituyen una de las principales amenazas para la conservación de la biodiversidad.

Por otra parte, el alcance de esta plataforma de ciencia ciudadana excede el mero inventariado de biodiversidad y constituye un potencial recurso TIC para la docencia universitaria que se viene aplicando de manera exitosa en la UPO como herramienta de innovación docente durante los últimos cursos académicos, en concreto, en asignaturas relacionadas con la botánica. “Se ha comprobado cómo el uso de esta aplicación actúa como herramienta ‘gamificadora’ que no solo contribuye a una mejor asimilación de los conocimientos téorico-prácticos, sino que despierta el interés y favorece el acercamiento a la naturaleza por parte de los estudiantes, estimulando su motivación por el aprendizaje”, explica Santiago Martín Bravo.

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