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Un estudio liderado por la Universidad Pablo de Olavide revela que aquellas especies que resultan más atractivas, independientemente de su abundancia, sufren de una mayor presión de captura ilegal. Estos resultados indican un serio problema de conservación, ya que aquellos ejemplares que presenten ciertas características de coloración, tamaño o capacidad de imitar la voz humana están sufriendo una gran presión de captura, a pesar de ser especies poco abundantes, pudiendo verse sus poblaciones seriamente mermadas.
Los datos de este estudio de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) se han obtenido a partir de información generada por los principales programas de marcaje y seguimiento de seis poblaciones de alimoche presentes en España y Francia. El estudio permite avanzar en el conocimiento de la dispersión natal de aves territoriales de larga vida como ésta. La distancia media de dispersión fue de 48 Km, aunque algunas aves se movieron más de 500 kilómetros para asentarse como reproductoras. Además, se detectó que hembras y machos siguieron distintas tácticas de dispersión en función del contexto social.
Un estudio de la Estación Biológica de Doñana ha desarrollado un modelo de dispersión de semillas basado en el movimiento de gaviotas monitorizadas por GPS que se alimentaban de los arrozales situados en Doñana. El modelo muestra que las gaviotas pueden provocar la expansión de malas hierbas a grandes distancias y entre distintos hábitats, provocando el intercambio de estas plantas entre campos agrícolas y entornos naturales protegidos.
Una actuación sobre los puntos negros identificados en las carreteras insulares contribuiría a su reducción y favorecería una mayor protección de la biodiversidad, según un estudio de la Universidad de Málaga.
Un grupo de investigadores, entre los que se encuentran expertos de la Universidad de Cádiz, ha descubierto que la biomasa de animales en el océano profundo es mucho mayor de la que se estimaba hasta ahora y que pueden desempeñar un importante papel en la mitigación de los efectos del cambio climático.
Según un estudio liderado por el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) y la Universidad Pablo de Olavide (UPO) centrado en los límites de los bosque subalpinos y polares a nivel global, el aumento de temperaturas durante el siglo XX ha favorecido al crecimiento de los árboles, pero si continúa subiendo la temperatura el crecimiento de esos árboles se podría desacoplar de la temperatura durante el siglo XXI.
La investigación, en la que participan varias universidades españolas, entre ellas la Universidad de Granada, revela que el aumento de las temperaturas y la reducción del nivel de precipitaciones en los últimos 25 años en la Reserva Biológica de Doñana han ido acompañados de un progresivo retraso en la época de celo (la berrea) de los ciervos.
Un trabajo de la Universidad de Córdoba avala las acciones de conservación ex situ del mangabey de coronilla blanca y propone nuevas estrategias de apareamiento para continuar preservando la diversidad genética y la viabilidad de la especie a largo plazo.