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El Consejo de Gobierno andaluz ha conocido hoy un informe de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible sobre los avances en los estudios que realiza el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) con el alga Rugulopteryx okamurae, conocida comúnmente como “alga asiática”.
Hoy os resumimos un estudio liderado por Jaime Martínez-Valderrama que muestra los costes ambientales derivados del desperdicio de grandes cantidades de fruta y verdura frescas que son desechadas antes de entrar en el circuito comercial.
Un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla concluye que el efecto de las construcciones en este entorno se extiende sólo sobre su área circundante, pero permanece durante varias décadas. Las plantas introducidas por la acción humana no invaden el parque natural, a menos que haya alteraciones en los ecosistemas.
Investigadores de la Universidad de Almería han analizado más de un centenar de estudios sobre los efectos de esta contaminación en tortugas marinas, cetáceos y peces, que habitan en las zonas superficiales y en el fondo de los ecosistemas acuáticos. Para ello han contado con la colaboración de expertos de la Universidad de Cádiz y de Australia.
El estudio, liderado por un equipo de investigación de la Universidad Pablo de Olavide, es una de las primeras investigaciones científicas que analiza los cambios sistemáticos que ocurren antes de que se produzca la introducción real a un sitio nuevo.
Científicos del departamento de Ecología de la Universidad de Granada han diseñado una nueva técnica para mejorar la calidad de las aguas residuales tratadas mediante el uso de partículas magnéticas que consiguen reducir la concentración de fósforo en el medio acuático y ser recuperado como fertilizante, un trabajo con el que se pretende reducir el impacto antrópico sobre el medioambiente.
La actual crisis de biodiversidad, consecuencia de alteraciones derivadas de la acción humana, es un fenómeno global que está generando pérdidas de especies sin precedentes. Recientemente, un informe publicado por las Naciones Unidas estima que hasta un millón de especies de plantas y animales –el 11,5 % de la biodiversidad global– están actualmente en peligro de extinción.
En una carta aseguran que “la actual expansión de energías renovables del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) supone la ocupación de centenares de miles de hectáreas con plantas solares y eólicas” y que “muchas localizaciones afectan a áreas esteparias de alto valor ecológico y amenazan a poblaciones de especies de aves y murciélagos protegidos”.