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Un estudio de la Estación Biológica de Doñana junto con centros de investigación británicos ha analizado la dieta de peces como la trucha y el salmón y de aves acuáticas, como el mirlo acuático y la lavandera cascadeña. Los resultados demuestran que los invertebrados acuáticos suponen un gran porcentaje de su dieta. La pérdida de estos invertebrados podría ser una de las razones que explican la desaparición de truchas, salmones y aves acuáticas en los ríos.
Un estudio liderado por la Universidad Pablo de Olavide revela que aquellas especies que resultan más atractivas, independientemente de su abundancia, sufren de una mayor presión de captura ilegal. Estos resultados indican un serio problema de conservación, ya que aquellos ejemplares que presenten ciertas características de coloración, tamaño o capacidad de imitar la voz humana están sufriendo una gran presión de captura, a pesar de ser especies poco abundantes, pudiendo verse sus poblaciones seriamente mermadas.
Gracias a la participación de más de 400 ornitólogos voluntarios que recogieron más de 126.000 registros de pájaros, un equipo de científicos pone en evidencia que durante el confinamiento no hubo más aves en el entorno urbano, sino que se oyeron y se vieron más gracias a su rápido cambio de comportamiento.
Los datos de este estudio de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) se han obtenido a partir de información generada por los principales programas de marcaje y seguimiento de seis poblaciones de alimoche presentes en España y Francia. El estudio permite avanzar en el conocimiento de la dispersión natal de aves territoriales de larga vida como ésta. La distancia media de dispersión fue de 48 Km, aunque algunas aves se movieron más de 500 kilómetros para asentarse como reproductoras. Además, se detectó que hembras y machos siguieron distintas tácticas de dispersión en función del contexto social.
Un estudio de la Estación Biológica de Doñana ha desarrollado un modelo de dispersión de semillas basado en el movimiento de gaviotas monitorizadas por GPS que se alimentaban de los arrozales situados en Doñana. El modelo muestra que las gaviotas pueden provocar la expansión de malas hierbas a grandes distancias y entre distintos hábitats, provocando el intercambio de estas plantas entre campos agrícolas y entornos naturales protegidos.
El lobo ibérico (Canis lupus signatus), una subespecie endémica de la península ibérica, fue incluido el pasado 3 de febrero en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE). La inclusión, que equipara el estatus del animal con el existente en prácticamente toda la UE, excluye la actividad comercial y deportiva por ser incompatible con su sostenibilidad como especie.
Los resultados del estudio corresponden a un ensayo comparativo de distintos sistemas de manejo de suelo que fue establecido en 1982 y que es de los más longevos de España y posiblemente del Mundo.
Una actuación sobre los puntos negros identificados en las carreteras insulares contribuiría a su reducción y favorecería una mayor protección de la biodiversidad, según un estudio de la Universidad de Málaga.