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En una situación de estrés biótico, como puede ser una infestación por insectos, o de estrés abiótico, como la exposición a metales o a altas temperaturas, las plantas son capaces de desencadenar mecanismos de defensa para evitar que los daños se extiendan. Una de las principales armas utilizadas en estos procesos es el óxido nítrico. Esta molécula es un compuesto tóxico que funciona como señal para la planta y que induce una situación que puede llevar en ciertos casos a una muerte celular programada para frenar el avance del daño y salvar el resto del organismo. Cómo gestiona la planta este óxido nítrico continúa siendo un enigma para la comunidad científica. Sin embargo, bioquímicos de la Universidad de Córdoba y del Campus de Excelencia Internacional ceiA3 han logrado conectar una pieza de este puzle molecular.
Un equipo internacional de investigadores liderado por la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla, acaba de publicar el estudio en Global Change Biology.
A bordo de un velero tuneado para la ocasión, un consorcio internacional y multidisciplinar de más de cien científicos, entre ellos un equipo español, ha investigado el plancton de los océanos del planeta durante tres años. Los resultados de esta singladura, que ha recogido 35.000 muestras de 210 puntos oceánicos, describen una diversidad de genes, de organismos y de interacciones entre ellos mucho mayor de la que se tenía noción. Los resultados se publican hoy en un número especial de la revista Science.
La utilización de estas cámaras puede convertirse en una herramienta muy útil para la localización de nidos
La serpiente primitiva probablemente era nocturna y depredadora silenciosa de vertebrados e invertebrados. Habitaba en los medios terrestres y contaba con una extremidad inferior formada por un par de patas con tobillos y pies con pequeños dedos. Así la describen científicos estadounidenses que han analizado 73 especies de serpientes y lagartos, vivos y extintos, para realizar un árbol genealógico completo que se remonta al primer antepasado de las serpientes.
El clima juega un papel crucial en la productividad y el funcionamiento de ecosistemas, de modo que la abundancia de Quercus mediterráneo actualmente existente podría verse afectada bajo escenarios futuros de cambio climático. El estudio, llevado a cabo por el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología (IRNAS), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), puede ayudar a inferir los efectos del clima sobre el reclutamiento y la dinámica de poblaciones de Quercus.
Todas las hormigas son sociales. Algunas especies, en vez de vivir dentro de galerías penosamente excavadas en el suelo, viven dentro de estructuras vegetales que aprovechan como una casa. En climas mediterráneos, donde los árboles del género Quercus son abundantes y bien conocidos, hay un montón de especies de hormigas que aprovechan sus oportunidades para vivir.
El Catedrático de la UCO Juan Fernández escribe en el blog de divulgación de la Revista Ecosistemas sobre uno de los insectos migradores más espectaculares.