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Desde 2016, el panda gigante no se considera en peligro de extinción, sino vulnerable, gracias al ligero aumento de sus poblaciones adultas. Sin embargo, un estudio revela que su hábitat está en peores condiciones que cuando la especie fue clasificada “en peligro” en 1988. Ya no quedan más que 30 grupos de pandas aislados en seis cordilleras de China.
Investigadores de la Universidad de Huelva han participado en un estudio que confirma las propiedades purificadoras de estos microorganismos para que el biogás que se obtiene del tratamiento de residuos de la industria pueda utilizarse en vehículos y hogares. Hasta el momento, el gas que se consigue por este método puede usarse en la producción de energía, pero el alto contenido en dióxido de carbono impide su aplicación en otros ámbitos.
El estudio concluye que plantar árboles de manera regular e incluso aleatoria es más efectivo que hacerlo agregadamente. El trabajo ha utilizado como modelo de estudio el peral Pyrus bourgaeana, dispersado por zorros rojos y tejones, que coloniza hábitats alterados del Parque Nacional de Doñana.
Un equipo de investigación de la Estación de Biología Marina de la Graña, en Galicia, emprendió cuatro expediciones oceanográficas en las aguas del noroeste peninsular que han permitido hallar varias especies nuevas que habitan los fondos abismales. Ahora describen dos de ellas que carecen de ojos y son de tamaño milimétrico.
Un equipo internacional de científicos ha estudiado el papel del gen WntA en siete especies diferentes de estos coloridos insectos. Sus resultados apuntan a que este gen influye en la enorme diversidad de patrones que existen en las alas de estos animales en la naturaleza.
Investigadores del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá y de la Universidad Justus-Liebig de Giessen en Alemania han identificado una nueva especie de estos crustáceos decápodos a la que han denominado Pachycheles tuerkayi. El hallazgo, publicado en la revista Crustaceana, eleva a 50 el número de estos animales en el Atlántico occidental.
El cambio climático, y en particular el aumento de la frecuencia y la gravedad de eventos extremos como las olas de calor, pueden favorecer la proliferación del cangrejo de río americano. Con el aumento de la temperatura del agua este crustáceo adopta una dieta más herbívora que repercute en los ecosistemas, según un estudio publicado en la revista PLoS ONE.
Los investigadores, liderados por la UGR, han descubierto que varios compuestos bioactivos presentes en esta planta (Rosmarinus officinalis), efectivos frente al cáncer colorrectal, son absorbidos por el intestino delgado