Fotografía ilustrativa del artículo
| 20 Nov 2020

Los viñedos situados en paisajes naturales sufren menos plagas y requieren menos pesticidas

Fuente: Ecomandanga

agricultura , biodiversidad , plagas , vid

La degradación del paisaje incrementa los daños causados por plagas y el uso de pesticidas en viñedos. El trabajo, liderado por Daniel Paredes (Universidad de California), ha sido publicado en la prestigiosa revista Ecology Letters, y recoge el análisis de una base de datos sobre gestión de plagas en cerca de 400 viñedos andaluces durante 13 años.

Uno de los motores de la crisis ecológica es la eliminación y sustitución de hábitats naturales por cultivos o infraestructuras humanas. Esta degradación del paisaje puede tener consecuencias negativas, como la pérdida de biodiversidad y servicios de los ecosistemas, cuyos efectos trascienden más allá de los ecosistemas naturales, ya que también perjudican a la actividad económica, en especial, a la ligada a la agricultura.

Un claro ejemplo de esta situación son los cultivos intensivos de una sola variedad o especie de planta, conocidos popularmente como monocultivos. Los monocultivos agrícolas son altamente sensibles a las plagas porque permiten el crecimiento descontrolado de éstas a través de dos mecanismos principales. Primero, la gran abundancia del recurso objetivo, el cultivo, que ocupa áreas homogéneas sin alternancia de otros cultivos o vegetación natural que pueda hacer de “cortafuegos” y frenar el avance de las plagas. Segundo, el empobrecimiento de los mecanismos naturales que frenan las plagas, como los enemigos naturales (aves, murciélagos u otros insectos depredadores o parasitoides), a causa de la degradación y homogeneización del hábitat.

Por este motivo, se usan pesticidas (agricultura convencional) y técnicas de control biológico (agricultura integrada, ecológica, etc.) para evitar el daño en el cultivo, que normalmente tienen un alto coste económico. Además, en el caso de los pesticidas – el método más utilizado – pueden darse efectos nocivos sobre la salud de las personas y sobre la biodiversidad, llegando incluso a dañar a las poblaciones de enemigos naturales que nos podrían ayudar a controlar estas plagas. Por si esto fuera poco, muchas plagas se han hecho más resistentes a los pesticidas, lo que reduce la eficacia de estos tratamientos. Por estos motivos, el uso de pesticidas se debería reducir al máximo si queremos alcanzar una producción sostenible de alimentos.

La biodiversidad (dentro y fuera del cultivo) constituye un gran aliado para producir más alimento con menos impacto. En este sentido, la naturaleza nos puede echar una mano para reducir la cantidad de pesticidas requerida a través del incremento de las poblaciones de enemigos naturales y la reducción de las poblaciones de plagas hasta niveles inocuos, lo que ayudaría a producir más alimento con menos impacto ambiental y menor coste económico.

El caso de la polilla de la vid en los viñedos andaluces.

En el trabajo que hoy os presentamos, los autores se preguntaron si la presencia de una plaga común y dañina para los viñedos, la polilla del racimo de la vid (Lobesia botrana), podría reducirse en cultivos que estuvieran rodeados por vegetación natural o semi-natural en comparación con áreas completamente dominadas por viñedos.

Los investigadores han comprobado que en paisajes dominados por viñedos se dan, en promedio, cuatro veces más brotes de la polilla de la vid con potencial para causar daños económicos que en aquellas áreas donde los cultivos están rodeados de vegetación natural o semi-natural.

Al mismo tiempo, los resultados de este trabajo muestran que las parcelas de viñedos ubicadas en paisajes eminentemente agrícolas tienen que aplicar el doble de pesticidas que aquellos cuyos cultivos están rodeados por matorral autóctono.

La compleja relación entre paisajes sanos, enemigos naturales y plagas en otros cultivos.

Sin embargo, a pesar de las claras evidencias mostradas por este trabajo, cuando intentamos generalizar el efecto positivo del paisaje natural en otros cultivos, como el maíz o la soja, la respuesta no está tan clara. Mientras hay muchos estudios que han encontrado que la presencia de paisajes bien conservados en las inmediaciones del cultivo favorece la productividad agrícola a través de los mecanismos comentados (incrementa la abundancia de enemigos naturales y reduce las plagas), también hay numerosas evidencias en sentido contrario.

En algunos casos, las plagas también pueden aprovechar la mayor diversidad de recursos en paisajes donde se alternan cultivos y hábitats naturales y semi-naturales. En estos casos, se han llegado a encontrar incluso efectos negativos de paisajes con un alto grado de naturalidad en la productividad de algunos cultivos.

Además, los investigadores aseguran que sería necesario considerar más elementos para hacer un correcto juicio de los efectos del paisaje sobre el rendimiento de los cultivos y el uso de pesticidas. Por ejemplo, paisajes más naturalizados pueden favorecer un mayor número y diversidad de polinizadores, de organismos que dispersan semillas y transportan nutrientes, así como un paisaje de mayor belleza. En este sentido, cada vez son más los estudios que muestran la necesidad de evaluar todos estos servicios ecosistémicos en su conjunto, para que favorecer los servicios de provisión (en el caso que hoy nos ocupa, vino y derivados) no vaya en detrimento de otros servicios como los de regulación y los culturales.

En cualquier caso, hoy hemos visto un ejemplo que apoya los beneficios de mantener hábitats naturales en nuestro territorio para mejorar la sostenibilidad de la vid, uno de los cultivos más comunes en España y de gran importancia a nivel mundial.

Para seguir mejorando la sostenibilidad de la agricultura y frenar la crisis ecológica, resulta imprescindible entender mejor bajo qué circunstancias los paisajes bien conservados nos pueden ayudar a mantener el rendimiento de las cosechas sin necesidad de aplicar pesticidas y promover políticas que ayuden a preservar matrices con vegetación natural en entornos agrícolas.

Referencias:

Paredes, D., Rosenheim, J.A., Chaplin‐Kramer, R., Winter, S. and Karp, D.S. (2020), Landscape simplification increases vineyard pest outbreaks and insecticide use. Ecology Letters. doi:10.1111/ele.13622

Karp, D.S et al. 2018. Crop pests and predators exhibit inconsistent responses to surrounding landscape composition. Proceedings of the National Academy of Sciences, 115 (33) E7863-E7870; DOI: 10.1073/pnas.1800042115

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