Los ecólogos proponen usar las ciudades como laboratorios para estudiar el cambio global
El estudio de las plantas bajo las condiciones urbanas podría ayudar a los ecólogos a comprender cómo va a afectar el cambio global a las de áreas más rurales y a las de las ciudades, según explica un artículo de opinión que publica la revista Trends in Plant Science y en el que participa, entre otros, Josep Peñuelas, profesor de investigación del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF).
Los autores ponen énfasis en la importancia las plantas urbanas, puesto que sin los servicios ecosistémicos que ofrecen, «la ciudad se volvería un ambiente poco acogedor y nuestra calidad de vida se reduciría drásticamente».
Muchos tienen la creencia de que estas plantas únicamente cumplen una finalidad ornamental. Este artículo explica varias de sus funciones.
Según los autores, esta vegetación proporciona una gran variedad de servicios ecosistémicos. «Nos referimos a todos aquellos beneficios que las plantas urbanas nos proporcionan: absorben los contaminantes del aire, fijan dióxido de carbono, participan activamente en la disipación del calor y en la creación de microclimas más adecuados, y reducen la erosión que provoca el agua de la lluvia».
Sin embargo, el artículo advierte que las condiciones estresantes de la ciudad ponen todos estos servicios a prueba y, a veces, en un serio compromiso.
El ambiente urbano, según la opinión de los autores, podría utilizarse como un ‘laboratorio abierto’, con menos restricciones y más barato que uno ‘cerrado’. En la ciudad, las plantas se encuentran expuestas, de forma habitual, a unas condiciones similares a las que se recrean en el laboratorio para simular el cambio climático o los cambios atmosféricos.
«La urbe tiene dos de las alteraciones que más caracterizan al cambio global: altas temperaturas y concentraciones de contaminantes elevadas, que son los principales factores de estrés para la vegetación», aseguran.
Además, suelen ser lugares con una fuerte presencia de plantas exóticas (potencialmente invasoras) y, por tanto, excelentes campos de estudio de cambios y efectos en la biodiversidad.
Por último, los investigadores opinan que es importante tener en cuenta que en las ciudades se encuentra una zona de transición entre el centro urbano y el área rural. Ésta permite determinar un gradiente de más a menos estrés –más en la ciudad y menos lejos de ella– y estudiar cómo se comportan las plantas a lo largo de las diferentes situaciones.
Referencia bibliográfica:
Calfapietra, C., Peñuelas, J., Niinemets, Ü. 2014. Urban plant physiology: adaptation-mitigation strategies under permanent stress. Trends in plant science-1236; 72-75, doi:10.1016/j.tplants.2014.11.001
Últimas noticias
La Infraestructura Científico-Técnica Singular de Doñana acoge el proyecto de investigación ECOFIRE, con la colaboración del INFOCA, para mejorar el hábitat del parque mediante la eliminación del matorral envejecido. Se trata de una práctica para que pueda crecer pasto de calidad y así favorecer a las poblaciones de conejo, una especie en declive en Doñana que, sin embargo, es la principal presa de dos emblemáticos depredadores de la zona: el lince ibérico y el águila imperial.
En busca de que el océano absorba más CO₂ atmosférico, se trata del primer estudio de estas características en la Península, en concreto, desarrollado en las aguas costeras del Mediterráneo. El objetivo principal es explorar los efectos de la alcalinización oceánica en la dinámica del fitoplancton, organismos clave para la salud de los ecosistemas marinos y la regulación del clima global.