
Las especies de aves de zonas urbanas son más coloridas y menos marrones
Investigadores de la Universidad de Granada y del Instituto Max Planck de Inteligencia Biológica han estudiado 1200 especies de aves y la relación del color de las plumas con su hábitat urbano. La investigación abre puertas a estudios futuros que deberán demostrar si ocurre lo mismo con otros animales.
La urbanización y el color de las plumas de las aves tienen relación. Así lo han demostrado investigadores de la Universidad de Granada y del Instituto Max Planck de Inteligencia Biológica. Las especies que prosperan en las ciudades tienen colores más elaborados y presentan menos tonos marrones. Este cambio es, según el estudio, debido a modificaciones en la estructura del hábitat por la urbanización (presencia escasa de bosques), cambios en los colores del hábitat urbano y menor número de depredadores en las ciudades. La investigación ha analizado información de más de 1200 especies de aves y representa un ejemplo de cómo la ciudad puede afectar a los animales.
“La urbanización impacta en el ecosistema, planteando retos a plantas y animales. De hecho, la sostenida expansión de las zonas urbanas a nivel global es una de las principales causas del constante declive de la biodiversidad”, explica el profesor del departamento de Zoología de la UGR Juan Diego Ibáñez, investigador de este trabajo.
La ecología urbana, una disciplina en sí misma, estudia los efectos de la urbanización en distintos organismos. En el pasado se ha investigado la comunicación de distintas especies animales en relación con el ruido urbano. Sin embargo, aún se sabe poco sobre si el color de los animales está relacionado con la urbanización y de qué manera.

El color desempeña muchas funciones en los animales, desde la elección de pareja hasta la termorregulación. Imágenes: Kaspar Delhey.
El color desempeña muchas funciones en los animales, desde la elección de pareja hasta la termorregulación o el camuflaje. Comparadas con las áreas naturales, las ciudades suelen ser más cálidas, tienen menos depredadores, más luz artificial, así como colores de fondo diferentes asociados al hormigón y el asfalto. “Por tanto, es bastante posible que el entorno urbano pueda afectar a la coloración de los animales”, expone el profesor de la UGR.
Interesados en llegar al fondo de esta cuestión, los investigadores han utilizado datos de urbanización y color del plumaje de más de 1200 especies de aves de todo el mundo. El equipo ha analizado hasta qué punto el color del plumaje puede predecir la abundancia de las aves en las zonas urbanas.
El trabajo muestra que las especies de zonas urbanas son menos marrones. “Los tonos marrones son más comunes en la naturaleza, sobre todo en los bosques, que en cambio, suelen ser poco habituales en las ciudades al carecer en gran medida de estas zonas boscosas. Sospechamos que las aves marrones están en desventaja en una ciudad más bien gris. Por tanto, el color predominante de la ciudad y la falta de hábitats adecuados determinan qué especies de aves tienen éxito en ella”, detalla Kaspar Delhey, uno de los dos autores principales del estudio.
Además, las aves más exitosas en las ciudades tienen plumajes con colores más elaborados, principalmente las hembras. Las zonas urbanas cuentan con menos depredadores que las áreas naturales, lo que puede explicar los resultados, ya que el coste de ser visto (por ser más colorido) en la ciudad se ve reducido.
Estudios previos han sugerido que la diversidad de color de las comunidades de aves urbanas es menor, pero este equipo científico ha demostrado lo contrario. “Hay menos especies de aves en las zonas urbanas que en las zonas no urbanas. Si tenemos esto en cuenta, las comunidades de aves de las ciudades tienen una mayor diversidad de colores”, afirma Juan Diego Ibáñez, quien es primer autor del trabajo. La investigación abre puertas a estudios futuros que deberán demostrar si ocurre lo mismo con otros animales.
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