La jaiba azul demuestra su potencial invasor en el Delta del Ebro
Un trabajo liderado por la Estación Biológica de Doñana – CSIC y el Parc Natural del Delta de l’Ebre, publicado en Marine Pollution Bulletin, acaba de confirmar los peores augurios en relación a la jaiba azul (Callinectes sapidus), un cangrejo nativo del Atlántico occidental, ha estado presente en Europa desde principios del siglo XX.
La jaiba azul (Callinectes sapidus), un cangrejo nativo del Atlántico occidental, ha estado presente en Europa desde principios del siglo XX. Durante más de cien años no se le consideró un problema ambiental especialmente serio, pero en las últimas décadas se ha expandido de forma explosiva por Europa y el norte de África, alcanzando a menudo abundancias muy altas en las zonas ocupadas. La jaiba es un cangrejo de gran tamaño y un eficiente depredador, por lo que era previsible que tuviese impactos importantes en los ecosistemas invadidos. Sin embargo, apenas existían evidencias sólidas de estos impactos en la literatura científica. Un trabajo liderado por la Estación Biológica de Doñana – CSIC y el Parc Natural del Delta de l’Ebre, publicado en Marine Pollution Bulletin, acaba de confirmar los peores augurios.
El equipo recopiló datos sobre la presencia de la jaiba azul en el Delta del Ebro, usando tanto observaciones directas como entrevistas a pescadores, para describir la expansión de la especie. Estudió también información sobre abundancias de la jaiba azul y otras especies a lo largo de al menos una década, a partir de programas de seguimiento, capturas de pesquerías tradicionales en las lagunas litorales y datos de lonjas. «Todos estos análisis permitieron evaluar posibles impactos de la jaiba sobre diferentes especies de peces y crustáceos», explica Miguel Clavero, investigador de la Estación Biológica de Doñana – CSIC.
La jaiba azul fue detectada en 2012 en La Tancada, una de las grandes lagunas del Delta del Ebro. Cinco años después, alrededor de 2017, la jaiba inició una rápida expansión y su abundancia comenzó a aumentar exponencialmente, un proceso que parece haberse ralentizado a partir de 2020. Actualmente, la jaiba está presente en todos los sistemas acuáticos del Delta del Ebro, sus dos bahías, las aguas marinas circundantes y a lo largo del curso del río Ebro hasta el Azud de Xerta, una barrera infranqueable situada unos 30 kilómetros aguas arriba de la llanura deltaica.
«La irrupción de la jaiba ha llevado aparejada importantes declives de diferentes especies, incluyendo algunas en peligro de extinción a nivel global, como el fartet y la anguila», señala Clavero. La abundancia de fartet (Aphanius Iberus) ha ido mermando a la vez que aumentaba la de la jaiba, hasta que en 2020 llegó a los valores mínimos de toda la serie de datos. En mínimos históricos se encuentra también la anguila (Anguilla anguilla), una especie que arrastraba ya un fuerte declive histórico y cuya abundancia en el Delta del Ebro ha mermado drásticamente desde la llegada de la jaiba. El impacto negativo de la nueva invasión ha sido notorio sobre otras especies de peces. Por el contrario, el fúndulo (Fundulus heteroclitus) es la única especie cuya abundancia ha aumentado en consonancia con la de la jaiba. Esto último puede no ser sorprendente, teniendo en cuenta que el fúndulo es una especie de origen americano, que comparte área nativa con la jaiba azul.
Pero el declive más notorio ha sido el del cangrejo verde (Carcinus aestuarii), que hasta la llegada de la jaiba azul era el cangrejo dominante en las aguas marinas y salobres del Delta del Ebro. «Tras la irrupción de la jaiba, el cangrejo verde prácticamente ha desaparecido del Delta. Resulta llamativo que las abundancias del cangrejo verde comenzasen a disminuir cuando las de la jaiba azul justo empezaban a aumentar», explica el investigador. El análisis de los desembarcos mensuales en lonja muestra una asombrosa coincidencia temporal entre la desaparición del cangrejo verde y las primeras capturas comerciales de jaiba azul.
La jaiba azul se ha convertido en una especie clave en el Delta del Ebro y ha modificado de forma rápida y severa las características de las comunidades acuáticas. Es más que probable que impactos como los descritos en el trabajo estén afectando a especies que no han sido objeto de estudio, incluyendo peces y moluscos amenazados y con interés comercial. Así mismo es también predecible que la jaiba azul tenga un importante papel transformador en otros humedales costeros ibéricos, como la Albufera de Valencia, el bajo Guadalquivir o la Ría Formosa, por lo que se necesitará seguir investigando para cuantificar el impacto de esta especie y encontrar herramientas para prevenir o mitigar su potencial invasor
En la actualidad no existen opciones de gestión efectivas para controlar o limitar la expansión de las poblaciones invasoras de jaiba azul. Como medida preventiva, según el equipo que ha llevado a cabo el estudio, se podrían implementar estrategias de captura intensiva de la especie en lugares con especial interés de conservación, como, por ejemplo, los principales bastiones del fartet, o económico, como en enclaves de producción de bivalvos.
Referencia:
Miguel Clavero, Nati Franch, Rubén Bernardo-Madrid, Verónica López, Pere Abelló, Josep Maria Queral, Giorgio Mancinelli. Severe, rapid and widespread impacts of an Atlantic blue crab invasion. Marine Pollution Bulletin. https://doi.org/10.1016/j.marpolbul.2022.113479
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