Conoce al hongo causante principal de la muerte masiva de las abejas en España
Nosema ceranae es una máquina implacable de matar abejas, capaz de acabar con una colonia entera en tan sólo seis meses. Se trata de un hongo que procede de Asia y fue detectado por primera vez en Europa en 2005 por Mariano Higes, del Centro de Investigación Agraria de Marchamalo (Guadalajara).
A través de estos vídeos, la página web de la Red Natura 2000 en España divulga el daño que Nosema ceranae está haciendo a las colmenas de abejas, y por consiguiente, a la apicultura.
¿Cómo actúa el hongo?
`Nosema ceranae´, el asesino de abejas
Una vez que el patógeno entra en contacto con la abeja invade masivamente sus células, destruyendo su aparato digestivo.
`Nosema ceranae´ actúa destruyendo el aparato digestivo de la abeja
El hongo afecta a las abejas adultas, que se encargan de recolectar el polen. Estas, enfermas, no consiguen regresar a la colmena. Las más jóvenes se ven obligadas a asumir más tareas. Por eso el apicultor tarda en darse cuenta de la infección y tan sólo nota al principio un descenso en la producción. Cuando la colmena quede extenuada, el fin será irreversible.
¿Dónde está el hongo?
Nosema ceranae está en todas partes. El cambio climático y los cambios en el medio agrícola tendentes al monocultivo, le facilitan la expansión.
Presencia del hongo en la Península Ibérica y Baleares
Prevalencia y colmenas más afectadas por el hongo
Más información:
Centro Apícola Regional del Centro de Investigación Agraria de Marchamalo
Últimas noticias
Este estudio de la Universidad de Córdoba, en colaboración con el centro IFAPA Alameda del Obispo, identifica además los compuestos químicos presentes en las bellotas que podrían ayudar a encontrar la más apta para el consumo y así fomentar la utilización de un alimento infrautilizado e infravalorado.
Un equipo de investigación del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), junto a la asociación CIRCE, lidera una propuesta científica para la creación de un santuario internacional dedicado a la protección de los cetáceos en el mar de Alborán, un área única donde el Atlántico y el Mediterráneo se encuentran, generando una extraordinaria riqueza biológica.
