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La iniciativa ‘Planta Bienestar’ liderada por estudiantes del IES Híspalis de la capital ha aplicado esta metodología -con la que el conocimiento científico se produce por la participación activa de la ciudadanía- al análisis el plomo presente en las parcelas de cultivo ecológico del Parque de Miraflores. El conocimiento adquirido en esta iniciativa, enmarcada en el programa ‘Andalucía, mejor con ciencia’, se ha trasladado esta mañana a los hortelanos de la asociación del Huerto Urbano de Miraflores que han participado de forma activa en el proyecto junto con la Fundación Descubre y la Diputación de Sevilla.
El alumnado de la Ecoescuela CEIP San Ignacio de San Fernando (Cádiz) aplicará el método científico para evaluar la capacidad de las plantas acuáticas de este entorno marismeño para retirar CO2 de la atmósfera. Las conclusiones se plasmarán en una guía de recomendaciones para preservar estos ecosistemas que se presentará a familias y asociaciones vecinales de la localidad. La comunidad educativa del centro, la Universidad de Cádiz, el Parque Natural Bahía de Cádiz y el ayuntamiento isleño se alían en esta iniciativa que se enmarca en el programa ‘Andalucía, mejor con ciencia’, impulsado por la Fundación Descubre y financiado por la Consejería de Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades.
La muestra, organizada por el Club Científico Bezmiliana, presenta hasta mañana 29 de abril los proyectos científicos preparados por unos 430 estudiantes y 49 profesores. El Encuentro se integra en la Red de Ferias de la Ciencia y la Innovación de Andalucía que promueve la Fundación Descubre, con financiación de la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades.
Investigadores del Grupo Operativo IMAI trabajan en la nueva herramienta, que va a significar un paso decisivo para la transparencia del comercio de importación de maderas. La Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad de Granada y la Asociación Española del Comercio e Industria de la Madera (AEIM) conforman el consorcio.
Investigadores andaluces demuestran que la poligamia en esta especie insectívora es una característica dinámica que cambia a lo largo de su vida. Así, cuando las circunstancias para la cría son suficientemente buenas, pueden aparearse con un macho que ya tiene otra pareja para asegurar la transmisión de unos genes fuertes a su descendencia.
Un equipo de investigación de la Estación Experimental del Zaidín (CSIC) ha confirmado que este ganado porcino se adapta a la adversidad climática. Al mismo tiempo, generan mecanismos biológicos para protegerse del calor que aportan un mejor aroma, jugosidad y textura a los productos derivados de este animal.
El Laboratorio de Ecología Microbiana y Biogeoquímica de la Universidad de Cádiz ha evaluado con imágenes de satélite la presencia de microorganismos fotosintéticos que habitan en la superficie de los fangos de esta zona y sirven de sustrato básico para algunos mariscos, almejas y navajas de gran interés comercial. El análisis desvela que en la zona intermareal de la bahía de Cádiz abundan en invierno, al contrario que en el norte de Europa.
Un equipo de las universidades de Cádiz y Sevilla junto con la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y el Instituto Catalán del Agua ha detectado que aves migratorias frecuentes en zonas urbanizadas portan microorganismos inmunes a fármacos usados por la población. Mediante el análisis genético y microbiano de las heces los expertos asocian los entornos donde se alimenta cada especie con sus niveles de presencia bacteriana y medicamentos.