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Un estudio publicado en Nature revela los mecanismos genéticos y celulares que explican la extraordinaria resistencia del coral pétreo Oculina patagonica frente al aumento de las temperaturas marinas.
Originarias de Sudáfrica, las plantas del género Carpobrotus -prenennes, suculentas y con flores amarillas o púrpuras- han terminado invadiendo ecosistemas costeros desde California hasta el Mediterráneo. El trabajo ha permitido comprobar que la uña de gato, una planta invasora costera, tiene una floración más prolongada en que las especies nativas. El equipo ha examinado más de 1700 imágenes procedentes de Instagram, Google Maps e iNaturalist.
El hallazgo, liderado desde la Estación Biológica de Doñana, constituye el registro más antiguo conocido en el hemisferio sur de los quironómidos, una familia de insectos no picadores claves en los ecosistemas de agua dulce y muy vulnerables al cambio climático. La nueva especie presenta unos discos de succión para fijarse a rocas, una adaptación evolutiva que se pensaba exclusiva para especies marinas.
La investigación, realizada por la Universidad de Sevilla, mide los niveles actuales de metales en el sedimento antes de la puesta en marcha de los nuevos proyectos mineros, lo que permitirá evaluar futuros impactos. Los resultados ponen de manifiesto la necesidad de programas de seguimiento ambiental que integren de forma conjunta el análisis de agua, sedimentos y biota, con el fin de anticipar posibles efectos sobre la biodiversidad.
Su introducción y expansión están modificando los ecosistemas locales y representan un riesgo creciente para la biodiversidad autóctona. La colaboración internacional dentro y entre las entidades políticas de la península ibérica es esencial para mitigar de manera efectiva los impactos de las invasiones biológicas.
El trabajo, con participación de la EBD-CSIC y el IAS-CSIC, muestra que abejas, abejorros y mariposas requieren que la superficie agraria ocupada por espacios naturales sea más del 10%. La investigación, que publica 'Science' resalta la necesidad de aumentar la extensión de estos hábitats naturales, así como su calidad y permanencia a largo plazo.
El trabajo, liderado por el CSIC, aporta la primera evidencia empírica de compatibilidad en la dieta entre especies exóticas y nativas en territorio español. Los resultados ponen en cuestión la consideración del arruí como especie invasora.
Los científicos han secuenciado el genoma de 151 ejemplares de este organismo marino y han analizado 4.000 fotografías. La investigación supone un paso más hacia la comprensión de los procesos evolutivos que suceden en el océano abierto.