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| 24 Oct 2025

Los gatos domésticos pueden alejarse hasta más de 2km de su hogar, con potenciales consecuencias sobre la fauna silvestre

Un equipo de la Estación Biológica de Doñana – CSIC estudia la capacidad de desplazamiento de los gatos y su tendencia a adentrarse en hábitats naturales, un comportamiento que puede tener impactos negativos, incluyendo problemas de competencia e incluso hibridación con el gato montés. Los gatos más jóvenes, los esterilizados y aquellos con dueño presentan áreas de campeo más amplias y una mayor incursión en hábitats naturales.

Aunque la mayoría de los gatos domésticos apenas se alejan unos metros de sus casas, algunos pueden recorrer distancias de más de dos kilómetros, especialmente los más jóvenes y aquellos que viven cerca de entornos naturales. Así lo revela un nuevo estudio de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), publicado en la revista Ecological Solutions and Evidence, que constituye el primer análisis sistemático realizado en la Península Ibérica sobre la capacidad de los gatos domésticos de penetrar en hábitats naturales y de interactuar con especies de conservación prioritarias, como el gato montés.

Para realizar el estudio, el equipo científico analizó los desplazamientos de 64 gatos domésticos, monitorizados con un sistema de seguimiento por GPS. Se incluyeron tanto gatos con dueño como callejeros, de distintas edades y de ambos sexos en distintos ambientes.

“La colaboración ciudadana ha sido fundamental. Las personas que prestaron a sus gatos para el seguimiento hicieron posible este estudio”, explica Francisco Palomares, investigador de la Estación Biológica de Doñana – CSIC.

En promedio, los gatos se localizaron a unos 88 metros de su casa, y en el 42% de las ocasiones permanecían a menos de 50 metros. No obstante, algunos individuos llegaron a pasar el kilómetro y, en alguna ocasión, recorrieron incluso más de 2km. Los gatos más jóvenes, los esterilizados y aquellos con propietarios tenían áreas de campeo más grandes y recorrieron mayores distancias.

Los resultados revelaron que factores como la edad, el entorno natural y la época del año condicionan el tamaño de las zonas de máxima actividad de los gatos, es decir, el área que usan con mayor frecuencia. Los gatos jóvenes, los que habitan en zonas rurales o naturales y los que se encuentran en época de celo tienden a desplazarse más lejos.

Consecuencias sobre la fauna silvestre

“Aunque los gatos suelen permanecer cerca de los lugares donde residen o se les proporciona comida, el hecho de que los gatos domésticos recorran frecuentemente distancias superiores a 500 metros desde sus hogares implica un gran potencial de impacto sobre la fauna silvestre”, explica Francisco Palomares.

Las consecuencias de este comportamiento en la Península Ibérica no son menores, y en algunos espacios naturales ya se han hecho evidentes sus efectos. Tanto en el Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada como en el Parque Natural Montañana Palentina se han documentado casos de encuentros frecuentes entre gatos domésticos y gatos monteses, los cuales ocurren a menos de 100 metros de casas habitadas y provocan que los felinos puedan competir por alimento e incluso hibridarse.

Cómo evitar que los gatos dañen la fauna silvestre
Para suavizar las posibles consecuencias ecológicas, el equipo considera importante controlar las salidas de los gatos domésticos al exterior. “El enfoque de conservación más eficaz consistiría en restringir la salida de los gatos domésticos más allá de los límites del hogar”, afirma Palomares.

También sería de gran ayuda promover campañas de educación que fomenten la tenencia responsable de estos felinos, animando a los propietarios a mantener a los gatos dentro de su hogar y supervisando el tiempo que pasan al aire libre. “Adoptar estas prácticas podría reducir significativamente el impacto general de los gatos sobre el medio ambiente”, asegura el investigador.

A nivel normativo, podrían establecerse algunas medidas como la creación de zonas de exclusión o de amortiguamiento (buffer zones) alrededor de áreas protegidas o sensibles. Otra medida sería prohibir la alimentación de gatos al aire libre en estos espacios, impulsar programas de esterilización y establecer regulaciones locales sobre las mascotas de libre deambulación.

“Priorizar la aplicación de estas acciones en áreas con mayor valor natural, y durante los períodos biológicamente sensibles, podría mitigar sustancialmente el riesgo que los gatos domésticos representan para la fauna nativa”, concluye Palomares.

El proyecto se llevó a cabo con el permiso y la aprobación ética de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, el Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada, y la Dirección General de la Producción Agrícola y Ganadera de la Junta de Andalucía. Igualmente, la colaboración de los propietarios que ofrecieron sus gatos fue fundamental para hacer posible el estudio.

Referencia:

Palomares, F. & Sanglas, A. (2025). ‘Domestic cat penetrability into rural and natural habitats of the Iberian Peninsula’. Ecological Solutions and Evidence, 6:e70114.

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