El tráfico ilegal de loros en Colombia supone un serio problema de conservación para las especies más atractivas
Un estudio liderado por la Universidad Pablo de Olavide revela que aquellas especies que resultan más atractivas, independientemente de su abundancia, sufren de una mayor presión de captura ilegal. Estos resultados indican un serio problema de conservación, ya que aquellos ejemplares que presenten ciertas características de coloración, tamaño o capacidad de imitar la voz humana están sufriendo una gran presión de captura, a pesar de ser especies poco abundantes, pudiendo verse sus poblaciones seriamente mermadas.
Un estudio liderado por la Universidad Pablo de Olavide revela que el tráfico de loros en Colombia está dirigido hacia aquellas especies que resultan más atractivas, independientemente de su abundancia, y que, por tanto, sufren de una mayor presión de captura ilegal.
Estos resultados indican un serio problema de conservación, ya que aquellos ejemplares que presenten ciertas características de coloración, tamaño o capacidad de imitar la voz humana están sufriendo una gran presión de captura, a pesar de ser especies poco abundantes, pudiendo verse sus poblaciones seriamente mermadas.
La investigación, publicada en la revista científica Diversity, se enmarca en el proyecto de la UPO ‘Evaluación de los impactos a gran escala de la pérdida de hábitat y la caza furtiva en la conservación de los loros neotropicales’, dirigido por la investigadora Martina Carrete. Además de la Universidad Pablo de Olavide, participan en este estudio financiado por Loro Parque Fundation, investigadores del Museo Nacional de Ciencias de Naturales (MNCN-CSIC), la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y la Unidad Mixta de Investigación de la Universidad de Oviedo.
Tráfico y captura ilegal de especies
La captura ilegal de fauna para suplir los mercados locales e internacionales de mascotas constituye una de las principales causas de defaunación a nivel global. No obstante, a día de hoy sigue existiendo un gran vacío de conocimiento sobre esta actividad, debido a lo difícil que resulta su estudio por su naturaleza ilegal.
Un gran número de especies de fauna son sobreexplotadas en todo el mundo debido al alto valor que tienen en el mercado de mascotas o debido a que algunas de las partes de su cuerpo han adquirido gran popularidad como remedios de medicina alternativa, para alimentación o como elementos ornamentales (aletas de tiburón, marfil o cuernos de rinoceronte, por ejemplo).
“Los loros constituyen uno de los grupos de vertebrados más comercializados en todo el mundo, debido a que poseen características de tamaño, coloración y la habilidad de imitar la voz humana que les hace ser mascotas muy populares. Sin embargo, continúa existiendo un gran desconocimiento acerca de hasta qué punto las preferencias de la gente sobre ciertas especies puede verse reflejada en una mayor presión de captura”, argumenta Pedro Romero-Vidal, investigador de la UPO y autor principal del estudio.
Criminalistas ambientales abordaron esta temática recientemente, concluyendo que el tráfico de loros a nivel doméstico era una actividad oportunista, focalizada en aquellas especies más abundantes, sin un efecto sobre las especies más escasas en la naturaleza. “Sin embargo, según nuestra opinión, las estimas que utilizaron para abundancia en el campo y presión de captura no eran las adecuadas por ser poco precisas, por lo que sus resultados podrían verse afectados”, afirma el investigador Romero-Vidal.
Para arrojar luz sobre este tema y comprobar si el tráfico ilegal de loros en Colombia era una actividad oportunista o, por el contrario, dirigida hacia ciertas especies en particular con un mayor atractivo, el grupo de investigación realizó una expedición de campo en el país sudamericano, nación con una gran tradición de tenencia de fauna salvaje como mascota. “Recorrimos más de 2000 km por diversos biomas y hábitats del país, realizando censos sistemáticos por caminos y carreteras para estimar las abundancias de loros en el campo. Durante este recorrido, anotamos todas las mascotas observadas a lo largo de las cerca de 300 localidades atravesadas, parando a realizar entrevistas informales con la población local”, explica Pedro Romero-Vidal, quien afirma que estas entrevistas constituyen una parte fundamental del trabajo, ya que les permitían obtener informaciones que de otra forma serían imposibles, como el lugar de captura de cada loro, precios de venta, capacidad de hablar de cada especie o edad de los individuos.
Los datos obtenidos permitieron comprobar diferencias en la selección de especies gracias a la aplicación de un índice novedoso en este tipo de estudios, el Índice de Selección de Savage. “Con el empleo de esta metodología observamos cómo especies de guacamayos y amazonas eran capturados de forma desproporcionada en base a sus abundancias en campo, siendo por tanto seleccionadas positivamente por la gente”, explica el investigador de la UPO.
Además, el equipo de investigación comprobó cómo esta selección positiva estaba relacionada con unos mayores valores de atractividad de estas especies, por ejemplo, su tamaño, colorido o capacidad de hablar. De hecho, también pudieron ver que el precio que estas especies tenían era mayor que el de especies más abundantes que no son seleccionadas por la gente. En el caso de las amazonas, por ejemplo, a pesar de tener colores menos llamativos que los guacamayos, su gran habilidad para imitar la voz humana hace que sean de las especies más seleccionadas. “De hecho, alguna especie es tan habilidosa que podía engañar incluso al oído experto de los componentes del equipo, escuchándolas a veces y dudando de si se trataba de un loro escondido por sus propietario o niños llorando, riendo e incluso cantando dentro de las casas” explica Pedro Romero-Vidal.
Riesgos del tráfico ilegal de fauna
Los loros constituyen una pieza clave en los ecosistemas, desempeñando una importante labor como dispersores de semillas, ayudando así a la regeneración natural de los bosques. Su pérdida, así, podría ocasionar efectos indirectos e impredecibles en los ecosistemas.
Además, el tráfico ilegal de fauna tiene riesgos añadidos, como son la introducción de especies exóticas fuera de sus áreas nativas, que pueden ocasionar grandes daños a fauna y flora local.
Por último, es importante destacar el riesgo que el tráfico de fauna representa para los humanos y que muchas veces pasa desapercibido. El tráfico ilegal de fauna ha sido responsable del salto de algunos patógenos de animales a humanos recientemente, generando importantes riesgos para la salud humana e importantes pérdidas económicas. Es el caso del reciente outbreak de Ébola, el virus MERS y SARS. “El hecho de que un gran número de especímenes sea movido de forma ilegal, sin estar sometido a ningún control sanitario, y sea vendido en mercados conjuntamente con ganado o alimentos es el caldo de cultivo ideal para que ciertas situaciones como la que vivimos actualmente se repitan”, explica el investigador de la UPO.
Referencia:
Pedro Romero-Vidal, Fernando Hiraldo, Federica Rosseto, Guillermo Blanco, Martina Carrete and José L. Tella. Opportunistic or Non-Random Wildlife Crime? Attractiveness Rather Than Abundance in the Wild Leads to Selective Parrot Poaching. Diversity 2020, 12(8), 314; https://doi.org/10.3390/d12080314
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