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| 18 Oct 2021

Seis claves sobre la alimentación vegetal: ¿qué hacen las plantas cuando la despensa está vacía?

Aunque las plantas no tienen capacidad para moverse e ir en busca del agua y los nutrientes que necesitan, como hacen los animales, sí tienen la capacidad para poner en marcha diferentes mecanismos.

fisiología vegetal , plantas

Autoría: Javier Romera

Fuente: The Conversation

Todos hemos visto plantas que crecen en el tejado de una iglesia o en mitad de una roca y seguramente nos hemos preguntado cómo lo consiguen. Aunque las plantas no tienen capacidad para moverse e ir en busca del agua y los nutrientes que necesitan, como hacen los animales, sí tienen la capacidad para poner en marcha diferentes mecanismos, fundamentalmente localizados en sus raíces, que les permiten obtener los nutrientes en condiciones en las que éstos están poco disponibles.

1. Las plantas no necesitan alimentos complejos.

Las plantas no necesitan alimentos complejos, como proteínas, grasas o carbohidratos, para nutrirse. Les basta el CO₂, que toman del aire, el agua y varios elementos minerales, considerados esenciales, que toman del suelo (o del medio nutritivo en el que se cultiven, como puede ser una solución nutritiva).

Hay elementos minerales que necesitan en mayor cantidad, como el nitrógeno, el fósforo, el potasio y el calcio, que se denominan macroelementos o macronutrientes. Además de estos, hay otros que necesitan en muy pequeñas cantidades y que se denominan microelementos o micronutrientes, como el hierro, el cobre y el zinc.

Los elementos se suelen absorber por las plantas en distintas formas químicas, como nitrato, fosfato, iones…

2. Todos los elementos esenciales son importantes.

La Ley del Mínimo, desarrollada por Carl Sprengel y popularizada por Justus von Liebig, nos dice que el desarrollo de una planta se ve limitado por el mineral esencial relativamente más escaso en cada momento.

Normalmente, la deficiencia más frecuente en las plantas es la de nitrógeno, puesto que es el elemento que requieren en mayor cantidad. Sin embargo, cualquier deficiencia, incluso de elementos que se necesitan en muy pequeña cantidad, como hierro o zinc, puede limitar el desarrollo de la planta y provocar su muerte, si ésta no consigue solventar esa deficiencia.

3. No todos los nutrientes están igual de disponibles.

La concentración total de los elementos esenciales para las plantas varía de unos suelos a otros. A veces, hay elementos cuya concentración total es elevada pero que, sin embargo, están poco disponibles para las plantas, al encontrarse en formas químicas muy insolubles. Es el caso, por ejemplo, del hierro y del fósforo, que son abundantes en la mayoría de los suelos, pero que pueden ser bastante inaccesibles para las plantas en determinados suelos, caso del hierro en los suelos calcáreos.

El caso contrario es el de elementos (o formas químicas que los contienen) que son muy solubles en el suelo, como el nitrato. Estos pueden perderse con el agua e ir a parar a acuíferos y contaminar ríos, lagunas y mares cercanos, como ha ocurrido en el Mar Menor.

4. Las respuestas a la escasez de alimento.

Cuando algún elemento es limitante para el crecimiento de las plantas, bien por ser escaso o estar poco disponible, estas suelen hacer varias cosas, no excluyentes entre sí:

  • Redirigir el nutriente desde las hojas viejas hacia los brotes y hojas jóvenes, que son las partes que más lo necesitan para crecer. Hay elementos que se removilizan bien, como el nitrógeno y el potasio, con lo cual los síntomas de su deficiencia aparecen en las hojas viejas. Y otros que se retranslocan mal, como hierro y calcio, por lo que sus síntomas de deficiencia aparecen en los brotes y hojas jóvenes (estas deficiencias suelen ser las que tienen un efecto más inmediato sobre el crecimiento de la planta).
  • Ralentizar o paralizar el crecimiento, sobre todo el de la parte aérea, para disminuir la demanda de nutrientes. Esta estrategia suele ser muy utilizada por las plantas silvestres que crecen en suelos pobres.
Figura 1. Adaptaciones de las plantas a la falta de nutrientes. Author provided
  • Activar respuestas morfológicas en la raíz, con cambios que afectan a la arquitectura de la raíz y al desarrollo de pelillos (figura 2), para aumentar la superficie de contacto con el suelo y así poder adquirir mayor cantidad del nutriente deficitario.
Figura 2. Pelillos desarrollados por las plantas para facilitar la adquisición de algunos nutrientes. Author provided
  • Activar respuestas fisiológicas en la raíz para facilitar la solubilización y adquisición del nutriente limitante. Pueden incrementar el número de transportadores (“bocas” a través de las cuales se “come” ese nutriente), acidificar el medio (sería como echar “agua fuerte” para disolver los nutrientes insolubles) o liberar al medio compuestos que atrapen y solubilicen los nutrientes, entre otras.

5. La “saciedad” en las plantas.

Al igual que nosotros, una vez saciados, dejamos de comer, las plantas, una vez que adquieren los nutrientes que les son limitantes, desactivan las respuestas que facilitan su adquisición. Si no lo hicieran, podrían adquirir esos elementos en cantidades excesivas e intoxicarse. Eso le ocurre a algunas plantas mutantes, como el guisante bronze, que se intoxica cuando crece en un medio con una concentración normal de hierro (figura 3 izquierda).

En la regulación de las respuestas intervienen señales relacionadas con el contenido del nutriente en raíz pero también con su contenido en hojas. Una de las señales activadoras de algunas respuestas es la hormona etileno, de manera que, si se inhibe, se pueden bloquear esas respuestas (figura 3 derecha).

Figura 3. El mutante de guisante bronze siempre tiene activadas respuestas que favorecen la adquisición de hierro, con lo cual se intoxica (izquierda). Si se inhibe la hormona etileno, las respuestas se bloquean y entonces crece normal (derecha). Author provided

6. La importancia de los microorganismos del suelo.

Dado que, en muchas ocasiones, la deficiencia de nutrientes en las plantas no se debe a su escasez sino a su baja disponibilidad en el suelo, necesitamos conocer mejor los mecanismos de adquisición de nutrientes y su regulación para conseguir variedades de plantas más eficientes, que necesiten menores cantidades de fertilizantes.

En este sentido, hay que decir que alrededor de las raíces crecen una gran cantidad de microorganismos, aparte de las conocidas bacterias fijadoras de nitrógeno y las micorrizas, que pueden contribuir a la adquisición de nutrientes y cuyo estudio también es imprescindible para mejorar la nutrición de las plantas y, por tanto, la nuestra.

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