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¿Qué servicios ecosistémicos aportan las acequias tradicionales?

Desde los inicios de la Historia, el manejo del agua como recurso, así como su reparto y distribución entre la población, ha supuesto para el ser humano un importante reto, que se ha resuelto en muchas ocasiones de manera brillante. Analicemos un ejemplo: las acequias de careo. Este antiguo sistema de conducción de agua ideado hace siglos por los antiguos pobladores de las sierras, como ocurrió en la Sierra Nevada granadina, permitían que el agua del deshielo serpentease por la ladera de la montaña favoreciendo su infiltración en niveles inferiores. De esta manera, el agua acumulada en el subsuelo podía ser aprovechada en cotas más bajas a través de las acequias de riego que discurrían por los campos de cultivo.

Los sistemas tradicionales de acequias como el descrito anteriormente (sin entubar, ni cementar) reúnen características de apoyo a la eficacia y perdurabilidad de los sistemas de producción agrícola por varias razones:

  • Aprovechan las características del terreno para la distribución del riego y la optimización de la producción sin coste energético.
  • Son una red-refugio de biodiversidad asociada que conecta diferentes parcelas agrícolas.
  • Su modelo de gestión está integrado en la cultura local, transmitiéndose de generación en generación desde hace siglos.

Según recogen los y las autoras de un reciente artículo publicado en la revista Ecosistemas, algunos de los servicios ecosistémicos aportados por este tipo de infrestructura verde tradicional son la formación de paisaje, el fomento del ecoturismo y la educación ambiental, la regulación de los ciclos de nutrientes, la formación de suelo, la extensión de la estación de irrigación, la contribución a la seguridad alimentaria a nivel local, el cumplimiento de atribuciones hidrológicas riparias y agroecosistémicas similares a las proporcionadas por meandros y ríos serpenteantes, la ralentización del caudal de tormentas y el control de inundaciones, el retorno de flujos al río, la recarga de capas freáticas superficiales y acuíferos, la constitución de corredores biológicos , y la provisión de lugares de anidamiento y cría para aves.

Por tanto, las infraestructuras y manejos asociados al regadío histórico, incluyendo las acequias y los terrenos productivos (las vegas), constituyen sistemas agrícolas de alto valor natural en los que se compatibilizan las prácticas productivas con la conservación de la biodiversidad, el mantenimiento de las redes tróficas y los servicios que prestan.

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