Aunque no existe una única definición, desde la década de 1920, científicos e investigadores han utilizado el termino agroecología para referirse a la aplicación de principios ecológicos en la agricultura. El objetivo es optimizar las interacciones entre las plantas, los animales, los seres humanos y el medio ambiente, teniendo en cuenta, al mismo tiempo, los aspectos sociales que deben abordarse para lograr un sistema alimentario justo y sostenible.

Mediante la creación de sinergias, la agroecología puede apoyar la producción de alimentos y la seguridad alimentaria y la nutrición a la vez que restaura los servicios ecosistémicos y la biodiversidad que son esenciales para una agricultura sostenible. Puede asimismo desempeñar una función importante en el fomento de la resiliencia y la adaptación al cambio climático.

Al contrario de los monocultivos, los sistemas agroecológicos complejos de producción de arroz que combinan el arroz, la azolla, los patos, los peces y las plantas de borde prestan servicios ecosistémicos que contribuyen a los sistemas ecológicos de producción de arroz en Indonesia (FAO, 2017).

La agroecología se basa en el diseño y la organización en función de un contexto específico de la producción de cultivos y ganado, las explotaciones agrícolas y los territorios. Emplea soluciones que conservan la biodiversidad por encima y por debajo del suelo, así como la diversidad cultural y de conocimientos, prestando especial atención al papel de las mujeres y los jóvenes en la agricultura.

Con la idea de ayudar a los países a poner en práctica la agroecología, facilitando así su transición a este nuevo modelo y enfoque científico, desde la FAO se definieron 10 elementos que a modo de ejes orientadores sirvan a los países para que transformen sus sistemas agrícolas y alimentarios:

– la diversidad, las sinergias, la eficiencia, la resiliencia, el reciclaje y la creación conjunta y el intercambio de conocimientos (que describen las características comunes de los sistemas agroecológicos, las prácticas básicas y los criterios de innovación);

– los valores humanos y sociales y la cultura y tradiciones alimentarias (que ponen de manifiesto aspectos contextuales);

– la economía circular y solidaria y la gobernanza responsable (que tratan el entorno favorable).

Estos 10 elementos de la agroecología están interrelacionados y son interdependientes y constituyen una vía directa para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible contemplados en la Agenda 2030.

En la práctica, la aplicación de principios agroecológicos se centra sobre dos pilares fundamentales: el mejoramiento de la calidad del suelo, incluyendo la diversidad de organismos que viven en él, y el manejo del hábitat mediante la diversificación temporal y espacial de la vegetación, que fomenta la biodiversidad, especialmente la de los insectos beneficiosos.

¿Quieres saber más?

Definiciones de Agroecología (FAO, 2018)

Los 10 elementos de la agroecología. Guía para la transición hacia sistemas alimentarios y agrícolas sostenibles

Agroecología para la seguridad alimentaria y nutrición (FAO, 2017)