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Cinco reglas para disfrutar del litoral este verano de manera respetuosa

A las puertas de un nuevo verano, muchos ciudadanos de localidades de interior se acercarán a la costa andaluza buscando el descanso en un ambiente más fresco y, a ser posible, bajo el agua del mar. Aquellos que elijan Cádiz como destino turístico puede que hagan alguno de sus paseos playeros por la gaditana playa de la Caleta. Una playa biodiversa, tal y como lo demostró el estudio llevado a cabo por el proyecto científico Biocaleta entre los años 2018-2019.

El resultado de esta iniciativa fue una guía visual de la fauna y flora marina de esta playa realizado por la Universidad de Cádiz, a través de la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación, integrada en el Vicerrectorado de Política Científica y Tecnológica, y en colaboración con la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT)Ministerio de Ciencia e Innovación y el Campus de Excelencia Internacional del Mar (CEI·Mar). Más de 100 especies de animales y algas de La Caleta pueden ser identificadas aprovechando la bajamar entre los roquedos intermareales asociados.

Sin duda, disfrutar de espacios biodiversos tan accesible para la ciudadanía es un privilegio pues significa disfrutar de entornos vivos y que a pesar de la fuerte presión urbanística que se ejerce sobre los ecosistemas marinos es importante el esfuerzo por la conservación de estos ecosistemas. Entre dichas presiones destaca la contaminación de las masas de agua por residuos de origen antrópico como por ejemplo los microplásticos

Este ejemplo puntual a nivel de Andalucía puede ser trasladado a nivel nacional, ya que España es uno de los países europeos con mayor diversidad biológica marina.

La explicación a esta rica y variada biodiversidad, en comparación con los países de nuestro entorno, reside en el característico marco evolutivo, influenciado por una serie de procesos y fenómenos de tipo geológico, oceanográfico y biológico. Si a estos acontecimientos le sumamos las diferentes condiciones oceanográficas y biogeográficas y la extraordinaria variedad de hábitat costeros existentes (rías, marismas, lagunas litorales, extensas costas acantiladas, playas y conjuntos insulares de extensión muy variable), queda configurado el escenario determinante de la complejidad de nuestro medio marino, lo que queda reflejado en la enorme diversidad de la flora y la fauna marinas de las aguas españolas.

¿Qué podemos hacer como ciudadanos este verano si aparecemos por alguna costa española?

Os ofrecemos 5 reglas básicas para evitar que los ecosistemas litorales empeoren tras nuestra presencia:

  • Responsabilízate de tus propios residuos. Ya sea desde la playa, desde una embarcación o sobrevolando la costa no arrojes residuos al mar, ni si quiera a su entorno más próximo. Evitarás que terminen en el aparato digestivo de la fauna marina.
  • Respeta las zonas catalogadas como reservas marinas. Constituyen una medida específica que contribuye a lograr una explotación sostenida de los recursos de interés pesquero, estableciendo medidas de protección específicas en áreas delimitadas de los caladeros tradicionales. Estas áreas, en cuya selección se tiene en cuenta su estado de conservación, deberán reunir determinadas características que permitan la mejora de las condiciones de reproducción de las especies de interés pesquero y la supervivencia de sus formas juveniles.
  • No molestes a la fauna marina. Capturar animales puede conllevar su muerte sobre todo si lo sacas de su medio e incluso si no se conoces la especie puede resultar peligroso.
  • En lo que respecta a las actividades de buceo sigue la normativa sobre las condiciones de seguridad donde se definen una serie de limitaciones que se deben respetar en el ejercicio de estas actividades y que obedecen a motivos de seguridad nacional, protección medioambiental o de interés histórico o arqueológico.
  • Por último, apuesta por un turismo más sostenible y evita aquellas playas saturadas donde la presión humana supera la conservación del entorno. En estos espacios son típicos los aparcamientos donde se improvisan nuevos lugares no regulados para el estacionamiento de vehículos a costa de destrozar la vegetación que se establece en primera línea de playa.


Un ejemplo de este hecho es lo que ocurre con la especie Pancratium maritimum conocida como azucena o lirio de mar y afectada por los vehículos motorizados, paseos a caballo y accesos espontáneos andando a la zona de playa. Se trata de una planta bulbosa frecuente en arenales y dunas costeras cuyo fruto tipo cápsula cuenta con numerosas semillas cubiertas de una capa negra y ‘esponjosa’, que permite su flotación en el agua del mar y su dispersión a grandes distancias. La dispersión por agua de mar es posible para un conjunto muy limitado de especies cuyas semillas y/o trozos de plantas pueden flotar y no pierden la viabilidad (Ridley, 1930). Especies como Cakile maritima, Calystegia soldanella, Pancratium maritimum, Ammophila arenaria, Honckenya peploides, entre otras, tienen semillas, rizomas, estolones o bulbos que presentan este tipo de adaptación a la dispersión a través del agua de mar.

Para saber más:

https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/biodiversidad-marina/

https://www.uca.es/noticia/la-uca-publica-nueva-guia-visual-de-la-fauna-y-flora-de-la-caleta/