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Un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba y la Universidad de Castilla-La Mancha trabaja en un proyecto para implementar medidas de control frente a la tuberculosis animal en sistemas de producción extensivos. Durante el estudio, monitorizaron, mediante collares de geolocalización, los movimientos de 6 ciervos, 6 jabalíes, 8 cerdos ibéricos y 3 vacas en cinco ganaderías extensivas colindantes localizadas en la provincia de Cáceres.
Un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla concluye que el efecto de las construcciones en este entorno se extiende sólo sobre su área circundante, pero permanece durante varias décadas. Las plantas introducidas por la acción humana no invaden el parque natural, a menos que haya alteraciones en los ecosistemas.
Investigadores de la Universidad de Almería han analizado más de un centenar de estudios sobre los efectos de esta contaminación en tortugas marinas, cetáceos y peces, que habitan en las zonas superficiales y en el fondo de los ecosistemas acuáticos. Para ello han contado con la colaboración de expertos de la Universidad de Cádiz y de Australia.
El estudio, liderado por un equipo de investigación de la Universidad Pablo de Olavide, es una de las primeras investigaciones científicas que analiza los cambios sistemáticos que ocurren antes de que se produzca la introducción real a un sitio nuevo.
Científicos del departamento de Ecología de la Universidad de Granada han diseñado una nueva técnica para mejorar la calidad de las aguas residuales tratadas mediante el uso de partículas magnéticas que consiguen reducir la concentración de fósforo en el medio acuático y ser recuperado como fertilizante, un trabajo con el que se pretende reducir el impacto antrópico sobre el medioambiente.
En una carta aseguran que “la actual expansión de energías renovables del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) supone la ocupación de centenares de miles de hectáreas con plantas solares y eólicas” y que “muchas localizaciones afectan a áreas esteparias de alto valor ecológico y amenazan a poblaciones de especies de aves y murciélagos protegidos”.
Científicos de la Universidad de Granada y la Pontificia Universidad Católica de Chile demuestran que la tolerancia térmica se escala de manera cuantificable con el tamaño corporal en animales ectotermos (aquellos cuya temperatura corporal depende principalmente de la temperatura ambiental, es decir, la mayoría de los animales).
El uso de tecnología GPS, altímetros y acelerómetros colocados sobre las aves en plena migración permitió documentar cómo adaptan sus estrategias de vuelo al desplazarse sobre un medio hostil, reforzando la idea de que el Mediterráneo actúa como una “barrera ecológica”. Este marcaje permitió medir y comparar las estrategias de vuelo antes, durante y después de cruzar el estrecho de Gibraltar, caracterizando así el desplazamiento migratorio de los tramos que conectan las zonas de cría Europeas con los cuarteles de invernada Africanos.