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La disponibilidad de agua es el principal factor limitante para el desarrollo de los bosques en zonas áridas, pero hasta ahora no se había estudiado el papel que juegan los acuíferos y el clima de épocas pasadas.
Los ecosistemas áridos se adaptan con el cambio climático a los sistemas templados, según un estudio que cuenta con la participación del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Estas zonas desérticas aumentarán en unos 17 milliones de km2 para 2100.
Es la tercera vez desde que se tienen registros que se seca Santa Olalla, la laguna permanente más grande de Doñana. Ocurrió también en 1983 y 1995. Desde la estación biológica, los expertos advierten de que la actual sequía no es la única causa, la sobreexplotación del acuífero es también responsable de la gravedad de la situación.
Dos investigadoras del departamento de Física Aplicada II de la Universidad de Sevilla han publicado, en colaboración con la Woods Hole Oceanographic Institution de Massachusetts (EEUU), un estudio que compila datos que permiten analizar el ciclo del carbono en los océanos del último medio siglo.
Un equipo científico liderado por la Estación Biológica de Doñana (EBD/CSIC) revisa documentación histórica para estimar la distribución del lobo en España en el siglo XIX. Los resultados muestran que el lobo se podía encontrar en todas las provincias y su presencia era menos frecuente en las zonas más llanas, más aptas para la agricultura y con mayor densidad de población.
El Laboratorio de Biodiversidad y Funcionamiento Ecosistémico del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (IRNAS/CSIC) participa en un trabajo publicado en la revista Nature Plants que contribuye a entender mejor los impactos del cambio climático y la desertificación sobre los bosques de las zonas áridas a escala mundial. La disponibilidad de agua es el principal factor limitante para el desarrollo de los bosques en zonas áridas, pero hasta ahora no se había estudiado el papel que juegan los acuíferos y el clima de épocas pasadas
Un equipo de la Universidad de Friburgo, la Estación Biológica de Doñana y el Instituto Pirenaico de Ecología ha desarrollado un marco paralelo para evaluar estos efectos positivos en la biodiversidad nativa para conocer mejor las consecuencias de las invasiones biológicas y mejorar la toma de decisiones en conservación.
La Universidad de Sevilla participa en un estudio realizado entre más de 30 equipos de investigación de 11 países que analiza, por primera vez, los efectos de los episodios de mortalidad masiva en todo el Mediterráneo. Este equipo internacional ha comprobado que, entre los años 2015 y 2019, el Mediterráneo experimentó una serie de olas de calor marinas que afectaron a todas las regiones de la cuenca, dando ello lugar a eventos de mortalidad masiva recurrentes durante todo el período analizado.
 
             
             
             
             
             
             
            